La Comunidad de Regantes de los Canales Bajos del río Serpis acaba de completar la reconversión más importante de su historia en el suministro de agua a las parcelas que forman parte de este sistema que arranca en el azud d'en Carròs, en Villalonga, y que llega a una veintena de términos municipales del centro y sur de la Safor.

Como esta Comunidad anunció hace dos años, desde el primer día de este 2019 se ha puesto fin al aporte de agua «a manta», a través de las decenas de kilómetros de canales que forman una tupida red por la comarca. Desde ahora el líquido se suministra solo para alimentar los sistemas de goteo que, desde hace más de una década, se han ido colocando en las parcelas.

El presidente de la Comunidad de Regantes, Gaspar Pérez, señaló ayer a este periódico que va a haber pocas excepciones durante un periodo que siempre será de transición. Así, se podrá seguir regando a manta allí donde aún no se hayan puesto los hidrantes comunes, una labor que corresponde a la Comunidad, o en aquellas parcelas cuyos propietarios aún no hayan instalado las gomas pero que inicien esa labor de forma inmediata.

«La idea es que todo funcione a goteo lo antes posible», añade Pérez, quien reconoce que de las 23.000 hanegadas del sistema de los Canales Bajos aún queda una pequeña parte, difícil de cuantificar, que sigue sin contar con el goteo, bien porque se trata de espacios que en algún momento se incluyeron en proyectos urbanísticos fallidos o porque los no han visto rentable la inversión necesaria y, literalmente, optan por «dejar perder» sus explotaciones.

En cuestión de semanas, y especialmente cuando lleguen los meses secos y cálidos, quienes se queden sin agua para el riego nunca podrán alegar ignorancia. Desde hace tres años se está insistiendo en todas las asambleas de que la Comunidad de los Canales Bajos estaba en pleno proceso de modernización. Además, el pasado mes de septiembre se dio un último avisto general a los propietarios de las parcelas y fincas para que instalaran las gomas.

En ese anuncio se informó sobre las facilidades a los agricultores para que pudieran pagar en tres plazos la cuota correspondiente al enganche, que alcanza los 210 euros por hanegada.

Agua con el abono incluido

La respuesta, a criterio de los responsables de la Comunidad de Regantes, ha sido positiva, pero no es menos cierto que la crisis que afecta a la rentabilidad de la naranja valenciana, un cultivo predominante en la Safor, ha hecho que muchos propietarios desistan de la modernización.

Para quienes sí han realizado la operación y continúen manteniendo activos sus bancales, la Comunidad de Regantes recuerda que, al mismo tiempo que se riega, con este sistema a goteo también se abona. Una vez al mes se lleva a cabo un control para verificar que el nutriente llega a todos los árboles.