Trece de los 31 municipios de la comarca de la Safor no tiene oficina bancaria. Eso en estos momentos, porque muy pronto se va a sumar uno más a la lista: Benifairó de la Valldigna. Según ha denunciado el alcalde, Josep Antoni Alberola, en los próximos días va a echar el cierre la única oficina que quedaba en la localidad. Al menos les quedará el cajero automático. «Eso es lo que nos han dicho», señalaba ayer el munícipe a este periódico.

El de la localidad de la Valldigna es el último caso de un goteo de cierre de sucursales que ha sido constante en los últimos años. Solo la mitad de los municipios de la comarca de la Safor tiene banco. En los que aún se mantienen las oficinas ha cerrado una o varias oficinas. Gandia es un ejemplo de ello. La capital de la Safor ha visto menguar el número de sucursales de forma importante durante los años de la crisis. También en Oliva y en Tavernes de la Valldigna. Pero este fenómeno no es exclusivo de las grandes ciudades. En l'Alqueria de la Comtessa, por ejemplo, hubo hasta tres bancos. Actualmente solo queda Caixa Popular.

Pero los municipios pequeños son quienes más están sufriendo ese cierre de sucursales, especialmente sus vecinos más mayores, que ven que de la noche a la mañana se quedan sin una sede en la que llevar a cabo sus gestiones diarias, lo que les obliga a desplazamientos a pueblos o ciudades próximas.

De los 14 municipios que no tienen banco, contando ya a Benifairó, siete han visto cómo se cerraba la oficina en los últimos cinco o seis años. Son Almoines, Barx, Benirredrà, Llocnou de Sant Jeroni, Potries, Rafelcofer, el Real de Gandia y ahora la localidad de la Valldigna.

Cada uno tiene una casuística diferente. Los hay, como en Almoines, Rafelcofer o Barx, donde no queda ya ni cajero automático y el servicio se limita a un furgón del banco que se acerca una vez cada quince días al municipio. El alcalde de Almoines, Joan Cardona, explicaba ayer que durante esta legislatura «me he reunido con varios bancos para ofrecerles incluso un local municipal para instalar un terminal, pero no he obtenido ninguna respuesta». A su vez, indicaba que su localidad se ha adherido al plan contra la despoblación puesto en marcha por el Consell, que incluye la puesta a disposición de las entidades bancarias espacios públicos para la instalación de cajeros.

En Barx había una sucursal que cerró. Luego prestaba servicio una persona que ejercía de mediador de otra entidad pero que dejó de trabajar allí porque encontró mejores condiciones en otros municipios. El alcalde de Benifairó, Josep Antoni Alberola, lamentaba la decisión del único banco que actualmente se mantiene de cerrar su oficina. «Eso, para una población envejecida como es la de nuestro municipio, es terrible», indicaba.

Además de estos, tampoco cuentan con oficina bancaria Alfauir, Almiserà, Beniflà, Castellonet de la Conquesta, Guardamar de la Safor y Palmera. Se trata de localidades pequeñas, enclavadas en núcleos poblacionales con otros municipios muy próximos.