La ocupación hotelera de Gandia, centrada especialmente en los establecimientos situados en la playa, se redujo en el año 2018 en cerca de tres puntos porcentuales respecto al 2017. Los hoteles han estado, de media, al 79,5 de ocupación.

Según acaba de revelar la patronal hotelera Hosbec, no se trata de un mal dato teniendo en cuenta la todavía importante carga estacional del turismo que tiene Gandia y la Safor como destino. De hecho, Hosbec atribuye esa reducción a «la contracción que ha caracterizado al sol y playa» en los destinos turísticos de la península ibérica, un efecto que se ha extendido por la mayoría de las ciudades de la costa valenciana que tienen en sus playas el principal atractivo.

Esa «contracción» del turismo de sol y playa del que habla Hosbec tiene una de sus explicaciones en la recuperación de otros destinos con las mismas características. En ese sentido, durante el pasado verano se ha registrado un incremento de turistas españoles y del resto de Europa a países del norte de África, Grecia o Turquía, que durante algunos años han estado «mal vistos» debido a una sensación de inseguridad o a la inestabilidad política.

Afortunadamente para Gandia, el mercado nacional sigue siendo el principal protagonista de su negocio turístico, y especialmente de los establecimientos hoteleros. Así, Hosbec destaca que, en el año que acaba de concluir, el 88,4% de los clientes han sido españoles y el restante 11,6% corresponde a extranjeros, casi todos ellos provenientes del Reino Unido, Francia y Alemania.

Como resulta lógico, los datos de Hosbec recogen que la ciudad de Gandia acusa algo más que en València la estacionalidad del turismo. Así, durante los meses fuertes del verano, que son julio, agosto y la primera parte de septiembre, cuentan con registros medios de ocupación hotelera cercana al 88%, mientras que en diciembre, enero y febrero hay una gran parte de la oferta hotelera cerrada y son pocos los turistas que acuden.

Esta ligera «contracción» del turismo en Gandia tiene su otra cara en la ciudad de València, donde la ocupación media de sus hoteles en 2018 ha alcanzado el 76,4%, casi siete puntos más que en el ejercicio anterior. La patronal destaca como fortaleza de la capital del Túria su importante presencia y atracción en mercados internacionales, ya que el turismo español representa solo una tercera parte del total.

«València es un destino que ha roto prácticamente la estacionalidad, puesto que todos los meses del año ha superado el 70% de ocupación hotelera media, excepto en noviembre (68,6%), diciembre (59,7%) y enero (53,8), que son los meses más débiles en recepción de turistas», resalta la organización empresarial en un comunicado.

El análisis que se extrae es que la capital valenciana gana en el mercado turístico gracias a sus atractivos «urbanos», más allá del sol y playa, lo que permite atraer visitantes todo el año. Y esa es, justamente, la estrategia en la que está inmersa Gandia. El ayuntamiento, los empresarios y los agentes sociales que intentan animar el turismo local apuestan por «vender» el patrimonio, los deportes, el medio ambiente, la gastronomía y la cultura, atractivos que están presentes todo el año.