S iempre me ha gustado llamar a las cosas por su nombre y no voy a hacer una excepción. el resultado del PSOE en las recientes elecciones andaluzas fue pésimo y decepcionante. Pésimo porque los 33 diputados obtenidos empeoran, y mucho, los 47 anteriores y que ya habían sido los peores resultados de los socialistas en unas autonómicas. Y decepcionantes porque a pesar de haber ganado las elecciones han sido insuficientes para retener el gobierno.

Sin embargo y una vez superado el inicial y doble disgusto (el que me produjo que el PSOE sufriera un revés de estas características y sobretodo el producido porque la ultraderecha haya obtenido la friolera de 12 escaños) es el momento de hacer algunas reflexiones.

La primera es que ha servido para poner las cartas boca arriba. Cs, que comenzó definiéndose como socialdemócrata para pasar luego a autodenominarse de centro liberal, ha quedado desenmascarado. El partido que dice representar el «espíritu Macron» y que pertenece a ALDE (el Partido Liberal Demócrata Europeo) ha formado gobierno junto al PP apoyándose para ello en los votos de la ultraderecha. Dicho de otro modo, cuando Albert Rivera ha tenido la ocasión de ser Macron, ha preferido apoyarse en los amigos de Le Pen. Todo esto con un único objetivo; que no gobierne el PSOE. Objetivo absolutamente legítimo, pero con unos aliados mas que cuestionables...

La segunda reflexión sería la siguiente. ¿Cómo se van a atrever a partir de ahora tanto el PP como Cs a hablar de «fuerzas constitucionalistas»? ¿Acaso es más inconstitucional pedir la independencia de una Comunidad Autónoma que la supresión de las 17?

Pero lo que sí ha quedado de manifiesto ha sido la existencia de un bloque. El bloque de las derechas, formado por PP, Cs y Vox, que han asegurado, y demostrado, que unirán sus fuerzas (como en Andalucía) para evitar que gobierne el PSOE. Esto sería lógico si no fuera porque una de las 3 patas del tripartito es una formación ultraderechista que pone en peligro los avances conseguidos en derechos de la mujer, que tanto han costado y tan necesarios siguen siendo, o de los colectivos más débiles, como el LGTBI o los inmigrantes.

Ante lo anteriormente descrito me hago una seria pregunta. Frente a la unidad de acción de las derechas ¿esta reflexionando la izquierda? Tenemos a las puertas la celebración de unas elecciones locales y autonómicas. En los comicios anteriores, en Gandia la derecha local fue mayoritaria, 12 concejales del PP y el único obtenido por Cs daban una mayoría absoluta a las fuerzas conservadoras. Un pacto in extremis y con la figura polarizante del anterior alcalde de Gandia evitó que el PP continuara en el gobierno.

Antes he dicho que la derecha fue mayoritaria y quiero profundizar sobre esto. Es cierto que PP y Cs sumaban mayoría, pero cabe recordar que la impresionante cifra de 3.667 votos de formaciones de izquierdas fueron directamente «a la basura». Al PSPV le faltaron alrededor de 50 votos para obtener el octavo concejal y cambiar la correlación de fuerzas en el pleno. Pues al mismo tiempo que esto ocurría la marca de Podemos en Gandia obtenía 1.735 votos que no se traducían en ningún concejal. De igual manera Els Verds del combativo Joan Francesc Peris lograba 794 votos con el mismo destino.

Quiero, desde la más absoluta humildad, hacer una llamada a la cordura. Llamada que va dirigida principalmente a los líderes de las izquierdas mayoritarias de esta ciudad, PSPV y Compromís. Desde la fórmula que se crea más conveniente, y en la que obviamente no me corresponde entrar, exhorto a evitar que nuevamente la multiplicación de marcas de la izquierda tenga como resultado una mayoría de la derecha.

Como me gusta ser claro, especificare un poco. Considero que la formación de Joan F. Peris cuenta con la trayectoria necesaria en esta ciudad, (que ya facilitó un gobierno de izquierdas en 2003, cuando el PSPV perdió las elecciones) y me parecería un tremendo error no hacer todo cuanto se pueda para sumar a esta formación (y a alguna más llegado el caso) a las que ya cuentan con representación municipal y sumar esfuerzos. Esto es sumar votos también.

Para finalizar me gustaría, si leen estas líneas, saber la opinión frente a mi propuesta, de Joan F. Peris o del líder local de Podemos. Yo abogo por la unidad de la izquierda y por mí no va a quedar? ¿Y por ustedes?