Hay quien le conocía por su pasión por las fallas, especialmente por ser una de las voces más destacadas de las satíricas Emissions Falleres y por su dedicación a su querida comisión de Màrtirs, en la que estuvo junto a otro gran personaje de Gandia, José Lloret. Hay quien le conoce por su vida política, etapa que consumó siendo concejal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Gandia, institución en la que, al margen del trabajo serio, aportó esa ironía que hoy muchos echan en falta en la institución local. Muchos le recordarán como el profesor de Física y Química que ejerció en el instituto Maria Enríquez de Gandia. Pero seguramente son mayoría los que le tendrán en mente como presidente de la Fundació Espurna, esa entidad que, con el paso de los años, se ha convertido en todo un ejemplo de dedicación en el trabajo dirigido a la integración social y laboral de personas con discapacidad.

José Pedro García Canet, ese es la pasión. Detrás de la imagen de sobriedad que le caracterizaba, e incluso que le satisfacía trasladar, en todas esas facetas este gandiense puso todo de sí para que las cosas a las que se dedicaba salieran bien. Y en eso nunca cabía la broma. Esa pasión, para más elogio, la dedicó en la mayoría de sus actos pensando en los demás. En las fallas, donde incluso disfrutaba acompañando en la explicació del monumento y arrancando la carcajada de quienes le escuchaban en las emissions. En el ayuntamiento buscando lo que consideró mejor para la ciudad. Como profesor para formar a los alumnos y, en su etapa en la Fundació Espurna, huyendo de la notoriedad y situándose en un segundo plano para interesarse solo por la eficacia y el objetivo de la entidad: luchar para que esos hombres y mujeres con discapacidad tengan la oportunidad a ser felices, de vivir su vida y de compartirla con el resto de ciudadanos en un plano de igualdad y de dignidad.

José Pedro, fallecido el lunes a los 77 años, fue despedido ayer, primero en el tanatorio y después en el funeral que se celebró en la insigne Colegiata. En ambos lugares su esposa y sus familiares recibieron el calor de quienes le conocieron, unos en sus varias facetas públicas y otros en un plano más personal.