La Fundación Amigó, entre cuyos fines se encuentra la atención a la infancia y a la juventud en riesgo de exclusión o que no pueden mantener una relación normalizada con sus familias, abrirá en plazo aproximado de un mes un centro de recepción y acogida de menores tutelados por la Generalitat en el caserón de la Bonavista, situado junto al acceso a la urbanización Monterrey, en el término del Real de Gandia.

En este caso, la característica más destacada es que el centro, con capacidad para 24 chavales de ambos sexos, serán mayoritariamente inmigrantes que llegan a España sin sus familiares directos y a los que, por ley, no se les puede abrir proceso de expulsión.

En noviembre pasado la Fundación Amigó, de origen religioso y que toma el nombre del monje capuchino y obispo Luis Amigó, solicitó las licencias para remodelar el edificio de la Bonavista y para poder desarrollar allí la actividad de centro de acogida.

Rafael Yagüe, director territorial de Levante de esta entidad, señaló ayer, en declaraciones a este periódico, que todos los menores con los que traten estarán bajo custodia de la Generalitat, y no se trata de personas sometidas a ninguna medida judicial, salvo que son extranjeros acogidos.

La Fundación Amigó, que tiene seis centros de atención a menores tutelados en la Comunitat Valenciana y muchas más en otras zonas de España, tiene la misión de acoger a estas personas, ofrecerles escolarización, que en la mayoría de los casos se producirá en centros de Primaria y Secundaria de Gandia, y de conducirles hacia su inserción social y laboral. Todo ello en la medida que vayan adquiriendo autonomía y dominen el idioma español, aspectos fundamentales para que puedan asistir a las clases y a relacionarse en el país que les acoge.