¿Cómo se logra frenar una nave que entra en la atmósfera a 20.000 km/h?
Debido a la gran distancia entre la Tierra y Marte, el desfase en las comunicaciones es muy significativo. Por ejemplo, la señal tardó casi 14 minutos entre Marte y la Tierra cuando el Curiosity llegó al planeta rojo y unos 8 minutos en el caso de InSight. Por ello, el vehículo tiene que ser totalmente autónomo. Para decelerar desde unos 20.000 km/hora hasta una velocidad de unos 8 km/hora, utilizamos una secuencia muy compleja que incluye un paracaídas supersónico y unos retrocohetes. Si cualquier subsistema no se ejecuta de forma nominal durante esta fase, el aterrizaje con éxito podría ponerse en peligro. Esta fase de descenso tiene una duración aproximada de siete minutos, de ahí que se conozcan como «los siete minutos de terror».
Los meses que transcurren entre el lanzamiento de la nave y su llegada a Marte imagino que dan para dudar o revisar mil veces los cálculos. ¿Cómo se vive esa espera?
Después del lanzamiento, el equipo está concentrado en la ejecución correcta de las actividades de crucero, incluyendo las maniobras de corrección de la trayectoria, comprobación del estado de salud de los instrumentos y de los subsistemas de la entrada, descenso y aterrizaje, cambios de orientación del vehículo para que reciba suficiente energía del sol y para que pueda comunicarse con la Tierra, calibraciones de los motores.... Durante el viaje interplanetario, el equipo de operaciones hace varios simulacros de la entrada, descenso y aterrizaje para asegurarse de que el equipo está preparado para esta fase crítica.
¿La realidad supera a la ficción en esos siete minutos del terror?
En proyectos de esta envergadura trabajan miles de personas de múltiples nacionalidades durante muchos años. Las últimos minutos antes del aterrizaje son los mas críticos y cualquier error puede llevar al traste años de trabajo. Son momentos increíblemente intensos.
