El Ministerio de Fomento confía en poder abrir antes del verano el llamado acceso sur al puerto de Gandia, una obra viaria que va a suponer toda una revolución en el tráfico al sur de esta ciudad.

En las últimas semanas ya ha quedado prácticamente finalizada la estructura del gran puente que cruza el cauce del río Serpis en su desembocadura, y el tramo situado junto al hospital comarcal Francesc de Borja está a punto de recibir la capa de asfalto.

En este mismo punto también se están colocando ya las pantallas acústicas para reducir el nivel de ruido que el tráfico generará con el fin de no causar molestias en el centro sanitario. Pantallas de este tipo están igualmente previstas en el área residencial de Marenys de Rafalcaid.

El proyecto, de veinte millones de euros, va a suponer una ronda de circunvalación en todo el sur de Gandia. La nueva carretera, que también servirá de acceso al hospital comarcal, parte desde la remodelada rotonda de Bellreguard y finaliza a las puertas del recinto portuario, tras salvar el cauce del Serpis.

A lo largo de su trazado esta vía conectará primero con la ronda de la carretera N-332, después con el hospital y el centro comercial de Rafalcaid, donde se encuentran, entre otros establecimientos, Plaza Mayor, la Vital y Carrefour. Siguiendo hacia el mar, la carretera enlaza con la Natzaret-Oliva a la altura de Daimús, y, finalmente, muere en el Grau, donde una rotonda permitirá el acceso a la zona urbana antes de entrar en el puerto.

Miles de vehículos, muchos de ellos camiones de gran tonelaje, dejarán de cruzar el núcleo antiguo del Grau y, además, esta infraestructura otorga nuevas prestaciones al puerto.

El puente sobre el Serpis, además de sus calzadas para el tráfico rodado, dispone de carril peatonal y ciclista, de manera que se convierte en la conexión esperada desde hace décadas entre el Grau y los Marenys de Rafalcaid.

La empresa Copcisa está ejecutando estas obras, que fueron aprobadas en el año 2010 y que quedaron paralizadas durante la primera etapa del Gobierno de Rajoy. Después, cuando hubo dinero, los trabajos se retomaron de forma intermitente.