Sentados en un sofá y un butacón, Diana Morant, estratégicamente situada en medio, toma las manos de Ximo Puig, presidente de la Generalitat, y de José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente del Gobierno, los dos dirigentes de quien se confiesa «hija política». Ese gesto, cargado de simbolismo, se produjo en el escenario de un Teatre Serrano abarrotado, donde la alcaldesa de Gandia decidió abrir su campaña a la reelección. Y lo hizo huyendo de los clásicos mítines que cansan y aburren a la mayoría de personas y que generalmente buscan el aplauso fácil a la frase simple.
Morant, Puig y Zapatero protagonizaron el domingo un acto de esa «nueva política» que se intenta trasladar, pero, evidentemente, con el objetivo de pedir el voto, en este caso para el PSPV-PSOE, en las cuatro elecciones que se avecinan: las generales del 28 de abril y las municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo.
El sofá y la butaca en un gran escenario desnudo, con apenas una mesita y unas botellas de agua por si la garganta se seca. Todo para centrar la atención en el contenido, que consistió en una charla tranquila, sin levantar voces, sin cortar las intervenciones, de estilo agradable, resaltando los logros de los socialistas en Gandia, la Comunitat Valenciana y España y disparando las críticas hacia los partidos de la derecha.
En esta charla-mitin, o como se le tenga que llamar a partir de ahora, los interlocutores llevan el micrófono incorporado, favoreciendo gestos y complicidades. Todo diseñado para convencer políticamente, pero también tratando de acercarse en lo personal, tocando la fibra de quienes les escuchan para seducirles.
En este acto del domingo a la hora del aperitivo los tres dirigentes socialistas dejaron absolutamente claras las claves de las campañas electorales que se avecinan. El mensaje más evidente se va a dirigir a las mujeres porque se quiere trasladar la idea del feminismo y de los derechos conseguidos en los últimos años para ese cincuenta por ciento de la población que, según su opinión, están en riesgo si ganan los partidos de la derecha.
Claro que, con mensajes como el de Vox, poniendo en duda la lucha contra la violencia machista, y del PP, anunciando pasos atrás en cuestiones como la ley de aborto, los socialistas tienen claro que, o se consigue un gobierno con sus siglas o se va a retroceder en los derechos de la lucha feminista. Incluso un hombre como Zapatero anunció que este año se saltará la norma de no ir a manifestaciones y anunció que estará en la del 8 de Marzo, día de la mujer.
El feminismo, los derechos de las mujeres y, como tercera pata de la alerta socialista, «las derechas» de España. Sus dirigentes, como ya quedó evidente el domingo en este encuentro, se referirán con esa expresión a Vox, PP y Ciudadanos, metiéndolos en un mismo paquete que se visualiza en el pacto de Andalucía.
«El gran error de la triple alianza de la derecha es enfrentarse a las mujeres», señalaron desde el escenario del Serrano, y añadieron que el colectivo femenino «será clave para que la derecha no vuelva a gobernar, retrocediendo en los derechos conseguidos por las mujeres».
