El Ayuntamiento de Gandia anunció ayer que va a iniciar el expediente para nombrar Hijo Adoptivo de la ciudad, con carácter póstumo, a José Pedro García Canet, quien fue, entre otras cosas, profesor de química en el instituto Maria Enríquez, concejal del PP y presidente, fundador y alma máter de la Fundació Espurna. La alcaldesa, Diana Morant, fue quien señaló que hoy mismo trasladará la propuesta a la Junta de Portavoces. El nombramiento de Hijo Adoptivo, equiparable al de Hijo Predilecto, es la máxima distinción que el ayuntamiento otorga a quien no ha nacido en esta ciudad, y ese es el caso de García Canet, natural de la vecina localidad de Almoines.
Fallecido el pasado 3 de febrero a la edad de 77 años, su actividad profesional estuvo vinculada a la docencia, ya que fue profesor de Física y Química en el instituto Maria Enríquez. García Canet estuvo también ligado a diferentes colectivos sociales, como en el mundo de las Fallas, donde ha sido un histórico de la comisión de Màrtirs.
Según destacó ayer el Ayuntamiento de Gandia, entre los muchos proyectos que desarrolló a lo largo de su vida, el de la Fundació Espurna, dedicada a la atención, integración e inserción social y laboral de personas con discapacidad, supone «su gran legado». «La Fundació Espurna es una institución que se ha convertido en referente en la Comunitat Valenciana para la integración social y laboral de las personas con capacidades diferentes, para su inclusión y por su visibilidad. Hoy, veinte años después de su puesta en marcha, cerca de 300 personas forman parte de Espurna», indica el consistorio en su comunicado.
«Desde el centro especial de empleo, las viviendas tuteladas, trabajando en el restaurante Boga de la playa, y desde muchas otras iniciativas como la Volta a Peu, los integrantes de Espurna desarrollan su proyecto de vida de una manera digna», concluye el comunicado municipal.
Esta será la segunda ocasión en que el ayuntamiento otorga su máxima distinción a título póstumo. La primera fue en 2010 en la figura del padre escolapio Vicent Faus i Beltran. En aquella ocasión la fatalidad impidió que el «pare Faus» recibiese el homenaje en vida. Horas después de que se le comunicara la apertura del proceso para ser Hijo Adoptivo, noticia que recibió con gran satisfacción, un conductor ebrio lo atropelló en una calle de València, causándole la muerte. Eso obligó a que el reconocimiento tuviese lugar con carácter póstumo.
