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Plaga

El área de protección de la Xylella no impone medidas a Oliva y Villalonga

Los dos términos quedan incluidos en zona de vigilancia porque a menos de 5 km hay árboles infectados - La bacteria mata almendros y olivos, dos cultivos con escasa implantación en la Safor

El área de protección de la Xylella no impone medidas a Oliva y Villalonga

La Conselleria de Agricultura no ha impuesto ningún tipo de medida, en el sentido de prohibir o limitar el movimiento de plantas o de comercialización de especies vegetales, en los términos municipales de Oliva y Villalonga para controlar la plaga de la «Xylella fastidiosa», esa bacteria que, especialmente en las comarcas de la Marina y el Comtat, está matando árboles frutales, cebándose en los almendros y, en menor medida, en los olivos.

Como esta semana ha revelado la Generalitat, una pequeña franja de esos dos términos de la Safor han quedado incluidas en el área de control y vigilancia de la Xylella, dado que se han encontrado árboles infectados a menos de cinco kilómetros. En el caso de Oliva el foco es un ejemplar situado en el término municipal dels Poblets, cuyo radio de acción alcanza una pequeña porción del sur de Oliva. En Villalonga el origen se encuentra en un árbol con Xylella en la Vall de Gallinera, y en este caso el radio de control alcanza a un pedazo de la Llacuna.

Imma Ibiza, concejala de Agricultura de Oliva, señaló a este periódico que el ayuntamiento mantendrá una línea de información permanente con los agricultores de la localidad, igual que hará el Ayuntamiento de Villalonga, pero de momento ni quedan afectados los viveros que venden plantones ni se impone ningún tipo de actuación a los agricultores o a la Administración. Además, hay que tener en cuenta que el cultivo de almendros, ciruelos y olivos en esos dos términos, y en casi toda la Safor, es residual.

El plan para erradicar la Xylella fastidiosa, que no afecta a los cítricos, viene marcado por la Unión Europea, que obliga a arrancar los árboles infectados y a mantener zonas de control para evitar que pueda extenderse. En algunas regiones de Italia esta bacteria ha causado cuantiosos daños, y también existen muchos bancales de la Marina y el Comtat que han sido eliminados.

Aunque se trata de un problema que preocupa y que supera las fronteras, las administraciones confían en encontrar una solución para evitar que la bacteria siga extendiéndose.

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