La Associació de Familiars de Víctimes del Franquisme de la Fosa Común número 115 del cementerio de Paterna inició ayer las labores de exhumación de la misma, en la que se espera encontrar los restos de fusilados durante la represión que Franco llevó a cabo al término de la guerra civil. La fecha elegida para iniciar esa recuperación, cumpliendo así con la Ley de la Memoria Histórica, no es casual. Ayer era 1 de abril, y ese mismo día de 1939 se daba por concluida la Guerra Civil, que dio paso a la durísima y despiadada represión franquista que llevó ante el pelotón de fusilamiento a miles de españoles.
Entre los cientos de víctimas de la fosa 115 se encuentran 17 vecinos de Oliva, según los registros conocidos. Por ese motivo, el alcalde de la ciudad, David González, junto con algunos familiares de las víctimas, quiso estar presente en la apertura de la fosa y en el inicio de los trabajos de exhumación, mostrando su apoyo a quienes 80 años después de la guerra quieren enterrar con dignidad a los seres queridos que fueron lanzados a esas fosas.
Los trabajos de exhumación en la fosa 115 de Paterna están financiados por la Diputació de València y se llevarán a cabo por un grupo de arquitectos y arqueólogos llamado del colectivo Arqueantro, bajo la coordinación de Miguel Mezquida, que da la casualidad que es de Oliva. Según informó ayer el Ayuntamiento de Oliva, familiares de las víctimas de la fosa 115 se constituyeron en asociación, y, entre los objetivos, figura la recuperación de los cuerpos de personas que, sin consentimiento de sus familiares, fueron enterradas en hoyos comunes de los cementerios y espacios donde fueron fusilados tras la guerra civil.
El arqueólogo Miguel Mezquida señaló ayer que los trabajos en la Fosa 115 para la exhumación de los cuerpos durará aproximadamente cinco meses, aunque podría alargarse dependiendo de las condiciones y dificultades que puedan surgir. Durante ese tiempo, se llegará a las distintas capas de cuerpos, que se irán extrayendo meticulosa y sistemáticamente para poder realizar las pruebas de ADN cotejadas con sus familiares. Cuando se confirme la identidad de cada uno, se entregarán para que sean ellos los que decidan en qué lugar los entierran con dignidad.
El alcalde de Oliva, David González, señaló ayer que pese al tiempo transcurrido, un acto de esta naturaleza resulta emocionante por lo que tiene de reparación de muchos años de silencio que han tenido que sufrir los descendientes de los fusilados.
Para algunos de los miembros de la asociación de víctimas esa emoción se desborda en días como el de ayer, como se observó en el cementerio de Paterna.
