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Pequeños citricultores de Oliva se unen para mejorar la rentabilidad del campo

La sociedad que aúna a un centenar de agricultores de la ciudad da un paso más y se convierte en Organización de Productores para facilitar la mejor venta posible de las cosechas

La junta rectora de la Unió de Productors de Cítrics de Oliva. levante-emv

Los agricultores de la comarca de la Safor, en especial los pequeños productores, no están dispuestos a tirar la toalla para que su actividad siga teniendo futuro. Por ello trabajan duro no solo por que sus tierras sean fértiles y den un fruto de calidad, sino también en buscar fórmulas que dignifiquen el campo y que ayuden a que no siempre sea el propietario de pequeñas parcelas la víctima de las prácticas especuladoras de las grandes empresas.

Bajo esa premisa nació hace casi tres años una pequeña asociación de agricultores enfocada a unir fuerzas para lograr mejores precios para sus cosechas a la hora de negociar con los comercios. La iniciativa empezó a andar y, poco a poco, también ofrecía resultados. Por este motivo, unos meses después se reconvertía para adoptar la fórmula jurídica de Sociedad de Agricultores de Transformación, como explica Vicente Parra, secretario de la entidad.

Actualmente es un organismo sin ánimo de lucro que cuenta con unas 1.500 hanegadas de tierra con todas las variedades de cítricos, además de otros productos como el aguacate. Lo forman un centenar de socios, todos ellos pequeños productores, que, como mucho, disponen de 40 hanegadas de tierra.

«Nosotros buscamos comercios que compren directamente la fruta a los agricultores», explica Parra. La SAT no tiene ánimo de lucro. «El mismo precio al que la compra el comercio es lo que cobra el propietario de la tierra», señala. Los únicos gastos a los que tiene que hacer frente la SAT es el pago al corredor y la administrativa que se encarga de la gestión e las facturas.

Con esta fórmula se eliminan intermediarios y, sobre todo, como dice Vicente Parra, «también acabamos con el baile del comercio, que, cuando se ve ante un pequeño productor intenta intimidarlo presionándole para bajar el precio al máximo posible».

Además, el propietario sabe que todo el género lo tiene asegurado y que lo cobrará, aunque el comercio no pague lo que se ha comprometido. En definitiva, la SAT vela por el interés de los pequeños productores.

Ahora, con la intención de mejorar aún más el servicio, la sociedad se ha convertido en una Organización de Productores de Frutas y Hortalizas (OPFH). A través de esta nueva fórmula, «podemos optar a una serie de ayudas que se convoquen y también lograr que las mejoras reviertan en los agricultores». Se trata de un proyecto citrícola pionero en la comarca de la Safor.

Esta asociación no comercializa la producción citrícola sino que se dedica a facilitar al agricultor la mejor venta posible. También que pueda tener mejoras de su propiedad mediante asesoramiento de modificación variedad y manera de cultivo o riego, etc.

La junta rectora de la entidad está formada por Toni Fuster como presidente, Vicente Parra, secretario, Salvador Llorca como tesorero y los vocales Vicente Climent, Vicente Parra Mollà, Francisco Salort y Pepe Sanchis.

Además, la asamblea está formada por todos los propietarios que participan de la SAT.

El objetivo es que los agricultores que integran la también llamada Unió de Productors de Cítrics d'Oliva (UPCO) apuestan de manera decidida por producir naranjas de calidad. Consideran que gestionar las ventas a través de la OPFH repercutirá directamente al agricultor.

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