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Climatología

Un buen temporal en el peor momento

Entre el Jueves Santo y el Lunes de Pascua la lluvia deja más de 500 litros en Villalonga y garantiza agua para todo el verano

El Serpis, con su importante crecida, a mediodía de ayer a su paso por el casco urbano de Gandia. L-EMV

La Safor ha vuelto a ser, como es habitual en los temporales que se generan por la entrada de viento del noreste, la comarca valenciana donde la lluvia ha dejado los registros más espectaculares. Desde el jueves de la semana pasada, cuando empezó este episodio, hasta mediodía de ayer, en el límite sur del término de Villalonga, concretamente el altiplano de la Llacuna, se han recogido más de 500 litros por metro cuadrado. Eso es, aproximadamente, la mitad de la precipitación media anual en ese lugar, de ahí la excepcionalidad.

No fue solo allí. En la Drova de Barx y en puntos del término municipal de Simat de la Valldigna los pluviómetros han medido más de 400 litros en estos últimos cinco días. En general todo el interior de la Safor ha registrado precipitaciones por encima de los 300 litros, y en la costa se han superado los 150.

Pese a llover menos, fue precisamente en la franja litoral donde se produjeron los principales problemas. La intensidad registrada en la noche y madrugada de ayer lunes obligó a cortar caminos rurales y carreteras secundarias que conducen la playa. En su mayoría a primera hora de ayer ya habían reabierto al reducirse la fuerza de la lluvia.

Según datos de Emergencias, los bomberos informaron del rescate de dos mujeres en la playa de Gandia, y se tuvieron que practicar achiques de agua en plantas bajas y sótanos de distintas zonas urbanas del litoral, muchas de las cuales, como ocurre en Gandia, están por debajo del nivel del mar y resulta casi imposible bombear el caudal cuando llueve a un ritmo torrencial durante mucho rato.

Sin incidentes que puedan calificarse de irreversibles, el temporal de lluvia más importante de un mes de abril en la comarca de la Safor deja, como nota negativa, dos aspectos. En primero, las pérdidas en el sector hostelero y turístico. Miles de personas han anulado sus reservas o sus intenciones de pasar unos días en las playas aprovechando la Semana Santa o los dos primeros días de la Pascua. En segundo lugar, molestó, y mucho, que no pudieran celebrarse los actos más llamativos y multitudinarios de la Semana Santa, con miles de personas afectadas y muchos más espectadores que suelen acudir cada año a presenciarlos en las ciudades de Gandia y de Oliva y que también suponen un incentivo para la hostelería y el comercio.

Pero los aspectos positivos también son importantes. Una cantidad de lluvia tan considerable a las puertas del mes de mayo supone tener garantizada el agua en todos los ámbitos. Se recargan acuíferos, entra humedad en áreas forestales se han llenado los marjales litorales y los agricultores estarán al menos un mes sin necesidad de recurrir a los riegos.

El aporte, además, llega desde el interior. Todas las zonas que drenan a ríos y barrancos que atraviesan la Safor se han beneficiado de este temporal. El Serpis registró ayer una considerable crecida en todo su recorrido, consecuencia de lluvias de entre 100 y 300 litros por metro cuadrado a lo largo y ancho de la comarca de l'Alcoià y de más de 400 en puntos del Comtat y de la Marina Alta cuyas escorrentías acaban en su cauce y que llenarán el pantano de Beniarrés.

El barranco de Beniopa en Gandia, el río Vaca en la Valldigna, el Vernissa desde Llocnou a Almoines y la rambla de la Gallinera, que desemboca en Oliva, presentaban ayer un caudal importante. En el caso del Vaca, en algún momento se llegó a temer por desbordamientos en algún tramo, algo que al final no se produjo.

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