La Policía Local y la Guardia Civil de Tavernes de la Valldigna han detenido a un hombre al que encontraron en medio de la carretera que va hacia la playa de esta localidad, a donde se dirigía y donde vive su expareja, de la que tiene una orden de alejamiento de cinco kilómetros.

Los hechos tuvieron lugar, según ha podido saber este periódico, la noche del pasado lunes. Una patrulla de la Policía Local que viajaba en dirección al litoral vallero observó a un hombre que se encontraba sentado en el quitamiedos de uno de los carriles, en un lugar donde había poca visibilidad. Extrañados por su presencia, los agentes se detuvieron y le preguntaron los motivos por los que se encontraba allí.

El hombre, según ha podido confirmar este periódico, explicó que había viajado en tren desde Gandia y que se dirigía a la playa de Tavernes, donde tenía su domicilio, pero que se había detenido al sentir un fuerte dolor en la espalda que le impedía caminar.

Los agentes avisaron a los servicios sanitarios para que acudieran a atenderle. Mientras, la policía le pidió su identificación, pero manifestó que no la llevaba encima. Los datos que ofreció no permitieron averiguar de quién se trataba.

Ante las dudas que despertaba, los agentes dieron aviso a la Guardia Civil. Así, de forma conjunta, los cuerpos de seguridad lograron descubrir que se trataba de una persona que estaba en búsqueda por violencia de género con «riesgo extremo» para la víctima y que, además, sobre él pesaba una orden de alejamiento de 5 kilómetros, prohibición de comunicarse y portar armas e impedimento para entrar a las localidades de Sueca y Cullera.

Los agentes también averiguaron que se le había impuesto la obligación de portar pulsera de localización, pero no la llevaba. Desde el hospital de Gandia se informó que esta persona había sido atendida ese mismo día y que él mismo se había cortado el dispositivo. Desde el centro sanitario informaron, además, que el detenido había manifestado que se dirigía a Tavernes a «solucionar unas cuestiones pendientes».

Gracias a las comprobaciones realizadas por la Policía Local y la Guardia Civil se advirtió que la expareja del hombre vive en la playa de Tavernes, lugar al que se dirigía cuando fue interceptado por parte de los agentes.