José pedro. Mi recuerdo...

nuestro recuerdo

Mi gusto hubiera sido leer mi recuerdo en el acto que mañana tendrá lugar en el Ayuntamiento de Gandia, en el cual te van a nombrar Hijo Adoptivo de Gandia. Tú no estarás, pero seguro que tu recuerdo sí que estará presente.

Digo esto con una tranquilidad aparente pero con una emoción mal disimulada que me hubiera embargado hasta el extremo de no poder pronunciar palabra. Suponiendo, por circunstancias especiales, que hubiera podido estar presente en el acto.

Lo que a continuación voy a escribir lo hago en mi nombre propio y en el de esos amigos, que, con sus respectivas esposas junto contigo y tu Charo formamos ese grupo tan especial que, en las comidas y cenas que organizábamos, hablábamos de todo, incluso de política. Momentos que nuestro nervios se ponían a flor de piel, con fuertes discusiones, a punto de llegar a las manos. Todo acababa como «el Rosari de l'Aurora». Sin pena ni gloria nos despedíamos con un fuerte apretón de manos, y hasta la próxima.

José Pedro, tú lo sabes. Todos seguimos tu enfermedad, desde el principio, como amigos, con mucha preocupación, estando en contacto continuo con los tuyos para interesarnos de la evolución de la misma. Incluso te visitamos un par de veces en los últimos tiempos en los diferentes hospitales en los que estuviste ingresado.

Celebramos todavía este pasado verano el santo y el cumpleaños de tu querida hija Cristina en Boga, restaurante inclusivo de tu gran obra, Espurna.

Nuestra amistad ha durado desde la juventud y durante tu vida nos has hecho partícipes de prácticamente todos los eventos importantes que has celebrado. Desde vuestra boda, bautizos, comuniones y bodas de tus hijo casados. También, como no podía ser menos, a los bautizos de tus nietos, que no son pocos (pasan la docena), así como a la cena de gala al ser nombrada tu querida hija Cristina reina de la Falla, de tu falla de Màrtirs. También te acompañamos en la inauguración de Espurna, y como no podía ser de otra forma, a la inauguración de Boga. A un solo evento no asistimos, a tus bodas de oro. No estabas en condiciones. Lo celebraste con tu querida Charo. No mucho tiempo después, con consternación y rabia reprimida, nos enteramos de tu fallecimiento. Nos apresuramos a estar con tu familia para acompañarte. El seguimiento llegó desde el tanatorio, el funeral y, también, hasta la última morada.

José Pedro, no quiero reflejar tus méritos y virtudes. Sí dejar constancia de nuestro agradecimiento a los componentes de la Corporación Municipal de Gandia que en su día propusieron y aprobaron, después de estudiarlo y analizarlo, el expediente para nombrarte Hijo Adoptivo. Gracias a todos.

En segundo lugar damos nuestra más cordial y sincera enhorabuena a tus hijos: Josepe, Rosario. Tony, Javier, Julio, Pablo y Cristina, por este nombramiento, pero todavía más por haber tenido y disfrutado de un padre tan maravilloso y, cómo no, con una madre muy especial que con su amor, apoyo y sus enseñanzas os han hecho capaces de formar una gran familia, responsables de poder defenderse en esta vida, cada uno en lo suyo. Deseamos que continuéis aprovechando de todo aquello que os enseñaron, e inculcaron, y seáis capaces de transmitir todo ello a vuestros hijos, su buen hacer, su voluntad y decisión. Y ahora, junto a vuestra madre Charo, continuéis la gran obra creada por él, Espurna.

Por último, Charo, sabes que te queremos, que puedes contar con nosotros en todo aquello que tus hijos y nietos no puedan ayudarte. Toda tu vida, desde que te conocimos, has estado haciendo de «gallina clueca», dando cobijo, desde un principio, a tus pollitos, procurando que ninguno se desviara de su camino, cuidándolos siempre, ahora, lo mismo con tus nietos. Suponemos que tendrás tus momentos de pesadumbre, pero siempre has circulado por la vida con la alegría en tu rostro y debes continuar así. Yo por lo menos te recordaré sobre todo en aquel gesto que tuviste para con nosotros un día no muy lejano. José Pedro, te recuerdo, te recordamos. Alfonso Garrigós. Gandia.