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La reintroducción del águila pescadora empezará en el marjal de Pego-Oliva

La Conselleria de Medio Ambiente trabaja en un proyecto pionero en la Comunitat Valenciana para conseguir una población estable de la rapaz, una especie amenazada y prácticamente desaparecida de la península desde los años ochenta

La reintroducción del águila pescadora empezará en el marjal de Pego-Oliva

La Dirección General del Medio Natural, dependiente de la Generalitat, trabaja en un proyecto para la reintroducción del águila pescadora en el territorio valenciano. El lugar escogido para poner en marcha esta iniciativa es el Parque Natural del Marjal de Pego-Oliva. El plan, que es pionero en la Comunitat Valenciana, también cuenta con la financiación y colaboración de los ayuntamientos de Oliva, Dénia, Xàbia y Pego, y del propio parque natural.

Esta ave rapaz, catalogada como especie amenazada y vulnerable, no se reproduce en la península ibérica desde los años ochenta, y sólo resisten poblaciones estables en los archipiélagos de Canarias y Baleares. La intención es asegurar su crecimiento al abrigo del humedal protegido que abarca los términos de Oliva y Pego. En principio se pensó reintroducirla de forma simultánea en el Montgó, en Xàbia, para que desde allí las aves se desplegaran por el cabo de Sant Antoni, pero se consideró que el primer año era más conveniente centrar los esfuerzos en un único lugar.

Tras un estudio que empezó a abordarse hace un año, los pasos a seguir ahora son recibir cuatro polluelos, que donarán -una pareja cada una-, las comunidades de Baleares y Andalucía, donde desde hace años se está trabajando en la reintroducción de esta especie. Los polluelos llegarán a principios de junio, concretamente a la Muntanyeta Verda, un promontorio desde el que se divisa buena parte del humedal.

La cría se realizará mediante una técnica campestre llamada «hacking»: se ubicarán en unas jaulas especiales, en semilibertad, y serán alimentados por agentes medioambientales o personal del parque hasta que sean capaces de emprender el vuelo.

Esto ocurrirá, previsiblemente, un mes después. Cuando sean adultas estas aves, tras el verano emigrarán, probablemente al oeste de África. Y para reproducirse suelen escoger el mismo paraje donde nacieron, por lo que, en este caso, tras el «engaño» de trasladarlas al marjal de Pego-Oliva, los técnicos confían en que regresen al humedal donde echaron a volar por primera vez, un extremo que todavía habrá que comprobar. A los polluelos se les colocará un transmisor GPS para seguir sus movimientos.

En principio, no hay razones para pensar que pueda salir mal. La Generalitat llevó a cabo una experiencia similar en las comarcas de Castelló con el quebrantahuesos, con éxito. El principal riesgo es la presencia de torres eléctricas, donde todavía muchas aves siguen muriendo electrocutadas.

Tanto técnicos como políticos reconocen que este es el principal «punto negro» que amenaza la viabilidad misma del proyecto. Iberdrola, a instancias de la Conselleria de Medio Ambiente, está adecuando todas las torres del marjal, pero hay que tener en cuenta que el área que puede sobrevolar esta águila es inmensa, por todo el Mediterráneo.

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