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Memoria histórica

Una asociación inicia gestiones para excavar fosas de fusilados en el cementerio de Gandia

Al menos 62 personas fueron ejecutadas y enterradas en este recinto

Una asociación inicia gestiones para excavar fosas de fusilados en el cementerio de Gandia

Aunque no es tan conocido como el siniestro «Paredón de España» del cementerio de Paterna, donde Franco fusiló a más de dos mil personas tras la Guerra Civil, también en el cementerio municipal de Gandia se produjeron esas macabras acciones consistentes en sacar a personas de la prisión para que recibieran, por sus ideas políticas, una ráfaga de fusilería.

El silencio de aquellos sucesos de represión que, por miedo, desconocimiento o vergüenza se ha mantenido durante ochenta años se va a romper ahora gracias a la constitución de una Asociación de Familiares de Fusilados que, al amparo de la Ley de Recuperación de la Memoria Histórica, quiere localizar las fosas del cementerio gandiense y, si es posible, rescatar los restos de sus seres queridos para rendirles un entierro digno. Según señala Núria Martín, nieta de uno de los fusilados, la asociación, que está en trámite de constitución, ya dispone de una decena de personas familiares de cuatro represaliados.

Se sabe, por las investigaciones que se han realizado durante años, que al menos 62 hombres, mayoritariamente de municipios de la Safor, fueron fusilados en el cementerio gandiense entre el 25 de mayo de 1939, apenas dos meses después del fin de la Guerra Civil, y el 31 de octubre de 1940. Las ejecuciones posteriores a esa fecha, que siguieron produciéndose, ya fueron en Paterna.

Según señala Núria Martín lo primero que han hecho, y para ello han contado con la colaboración de la Associació Republicana de la Safor, es difundir la relación de fusilados para que los familiares interesados en formar parte de ella lo pidan. La idea es conseguir el mayor número de interesados para que, en una acción conjunta, se pueda iniciar el complicado proceso que algún día puede acabar con la apertura de fosas en el cementerio de Gandia.

Sangre y cal sobre las zanjas

Martín indica que, como punto de partida, se dispone del testimonio de José Albero, un hombre de 87 años que asegura conocer dónde está su padre, Tomás Albero Torres, fusilado en Gandia en el mes de agosto de 1939. Ese mismo día mataron a otras seis personas, tres de Benirredrà, una de Gandia, otra de Sueca y una más de Oliva.

Según su testimonio, José Albero tenía siete años cuando visitó el cementerio poco después del fusilamiento de su padre, y asegura que en su mente figuran los restos de sangre sobre montones de tierra y de cal viva en una zanja abierta junto al muro de poniente del cementerio, el situado a la derecha según se entra al recinto. Ese lugar es hoy un pasillo, de manera que sería relativamente fácil realizar una prospección cuando se disponga de todos los permisos. Y es de suponer que en ese mismo lugar se encontrarían los restos de las otras seis personas fusiladas en la misma jornada.

Del listado conocido de represaliados en Gandia el caso de Albero es el único en que es un hijo quien ha iniciado el proceso para conocer dónde esta su padre fusilado. El resto son nietos, pero la asociación estima que pueden surgir más hijos o hijas de fusilados, de ahí el interés por difundir los nombres de todos.

De la prisión al paredón

Según señalan a este periódico varios historiadores consultados, durante ese año y medio en que se produjeron fusilamientos en el cementerio de Gandia las víctimas eran presos que permanecían en el entonces edificio del Juzgado de Gandia (actual biblioteca y archivo municipal) o en l'Escola Pia, que fue cárcel durante algunos meses. También en distintos puntos de detención de otras localidades, donde a menudo eran víctimas de palizas.

Especialmente sangriento fue el último de esos episodios ocurridos en Gandia. La madrugada del 31 de octubre de 1940, víspera de la festividad de Todos los Santos, cayeron abatidas 20 personas. Otras 19 fueron fusiladas en una misma jornada, la del 22 de junio de 1939.

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