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Análisis

Mucha política y poca polémica

La segunda consulta de los residentes de Sant Francesc deja la calle Comte d'Oliva como está - Partidos y grupos vecinales se movilizaron por una cuestión en la que solo votan 149 personas

Mucha política y poca polémica

La calle Comte d'Oliva se queda como está. La larguísima polémica surgida a partir de la reforma integral que llevó a cabo el ayuntamiento hace más de un año, con una inversión de más de medio millón de euros de la Diputació de València, se ha demostrado como una tormenta en un vaso de agua.

Los cambios incorporados a la calle, entre ellos el hecho de haberla convertido con un carril de circulación en una sola dirección, generaron ríos de polémica política. PP y PSPV-PSOE criticaron esa modificación que, a su entender, había generado un amplio rechazo entre los residentes y vecinos de las calles adyacentes.

También dos grupos de vecinos terciaron en la polémica mediante la presentación de firmas en las que, por una parte, unos solicitaban revertir la calle a la anterior situación y, los otros, que se quedara como está.

Ante la polémica, el ayuntamiento llegó a la conclusión de que era necesario realizar una consulta vecinal para que fuesen los propios residentes los que decidieran. Y es aquí donde se ha demostrado que la polémica siempre tuvo poca miga entre los afectados, dada la escasa participación en las dos votaciones realizadas.

Con un censo de 1.037 votantes, apenas un 5% participó en la primera consulta, que determinaba qué actuación se realizaba en la calle en el caso de que la mayoría optara por revertirla. En la segunda votación, que tuvo lugar el sábado pasado, los votantes fueron el 14,36% del censo, un total de 149 personas. Número escaso si se tiene en cuenta la polvareda que esta cuestión levantó.

El resultado de la votación fue de 88 ciudadanos a favor de mantener la calle Comte d'Oliva como ha quedado tras las obras y 61 a favor de cambiarla. El ayuntamiento, por lo tanto, zanja la cuestión y, en todo caso, el nuevo Gobierno local que surja a partir del próximo sábado negociará las mejoras puntuales que se puedan reclamar para dar satisfacción a los vecinos, sin cambiar el concepto del proyecto que se ejecutó en su día.

Un «ahorro» de 150.000 euros

Muchos de los votantes fueron propietarios de establecimientos comerciales en el barrio que se habrían visto afectados por las obras y el consiguiente daño económico que suponía ejecutar un nuevo proyecto.

La propuesta de reforma que ha sido rechazada, que suponía la inversión de unos 150.000 euros, proponía el doble sentido de circulación para la calle, así como la eliminación del arbolado en el vial, además de traslado de las farolas a la acera sur y también la prolongación de la calle Josep Segrelles hasta Comte d'Oliva, dando salida desde San Ignacio de Loyola y aparcamiento lineal en la plaza para siete plazas.

Esta última cuestión debería ser tenida en cuenta por el Ayuntamiento de Oliva, además de la necesaria reforma de la calle del Niño, que tanto demandan los vecinos de la zona para evitar riesgos a los viandantes y reducir las molestias por el tráfico generado.

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