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Negociación

PSOE y Compromís instan a acuerdos de investidura superando las rencillas locales

Las dos direcciones acuerdan apoyar como alcalde al candidato más votado en cada pueblo para evitar que la derecha alcance gobiernos - En Oliva, Tavernes, Villalonga y Palma de Gandia no hay sintonía entre los dirigentes de las formaciones

PSOE y Compromís instan a acuerdos de investidura superando las rencillas locales

Que el PSOE y Compromís son socios preferentes es algo de lo que, a día de hoy, tras gobernar la Generalitat y decenas de ayuntamientos en toda la Comunitat Valenciana, no cabe duda. Pero existe un factor que trasciende a cualquier voluntad política, que no es otro que el personal. La relación entre los integrantes de estas formaciones en algunos de los municipios de la comarca no es, ni mucho menos, buena.

Pese a ello, tanto socialistas como nacionalistas han acordado obviar esas rencillas e instar a sus agrupaciones locales para que, allá donde sea posible, se voten entre sí en la investidura. Otra cuestión será lo que ocurra posteriormente, a la hora de conformar gobiernos estables.

Ni PSOE ni Compromís quieren que haya flirteos con el PP u otra formación que represente al centro-derecha en los pueblos. Lo que se busca con este acuerdo es lograr una mayoría suficiente para arrinconar a la derecha y, por tanto, que pueda haber una maniobra de pactos contra natura para evitar que algún candidato de estos dos partidos sea alcalde. Bajo esta directriz, los nacionalistas tendrán que dar su apoyo al candidato socialista en las localidades donde el PSPV sea la fuerza más votada, y viceversa.

Así pues, Compromís tendría que investir alcalde o alcaldesa del PSOE en Villalonga, Beniarjó y Gandia. En Piles también se puede dar esta combinación, aunque, en este caso, no suman y la única manera de desbancar al alcalde, David Morant, de Independents per Piles, sería contar con el apoyo del PP. Tanto nacionalistas como socialistas tienen vetada cualquier negociación con los populares.

Por su parte, el acuerdo implica que en Bellreguard, Palma de Gandia, Rafelcofer y Benifairó de la Valldigna, el PSOE vote al candidato de Compromís. En el aire, porque su situación es sustancialmente más complicada, quedan Oliva y Tavernes de la Valldigna, casos que se están trabajando de forma más individualizada.

Luego están los matices. Es de sobra conocido el enfrentamiento que existe desde hace años entre socialistas y nacionalistas en Villalonga. Los segundos remitieron el fin de semana un comunicado en el que, si bien «estaríamos, en preferencia, por un pacto con el PSOE, con un tiempo proporcional de alcaldía», añaden que en ese acuerdo no puede estar «la persona que hace ocho años rompió el pacto que le permitió ser alcalde». Es decir, Compromís pide la cabeza de Enric Llorca para pactar con el PSOE. En esta localidad, la única alternativa a que Llorca sea alcalde es un pacto en el que Compromís vote con el PP y las independientes de Fer Poble.

En Palma de Gandia tampoco existe sintonía. Es más, el PP se ha ofrecido abiertamente a votar a la candidata socialista, Mari Trini Miñana, para evitar un gobierno de Compromís.

Oliva, donde los pactos son clave para saber quién será alcalde o alcaldesa, es otro de los puntos donde las directrices de los partidos chocan con el «mal ambiente» local. Igualmente en Tavernes, aunque aquí no hay duda de que Jordi Juan, de Compromís, alcanzará la alcaldía.

Que ambos partidos sumen en la investidura no significa necesariamente que exista un pacto de gobierno, dado que PSOE y Compromís se pueden dar más tiempo para negociar, tras la elección de los alcaldes, la fórmula que resulte apta para los dos.

En Benifairó, lo más probable es que ocurra esto. Para otros, como Villalonga o Tavernes, es una salida viable a la encrucijada que se les presenta, la de apoyar a personas con las que no existe sintonía.

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