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Polémica

Ròtova reabre el debate sobre el papel de los concejales en actos religiosos

El nuevo alcalde, Jordi Puig, acuerda con el párroco, Víctor Jimeno, que los ediles no presidan procesiones

El párroco Jimeno y el acalde Puig, firmando el acuerdo. levante-emv

El alcalde y los concejales de Ròtova dejarán de ocupar un puesto destacado en todas las procesiones que se celebren en la localidad por primera vez en la historia. La medida, lejos de causar molestia, ha sido avalada por la propia institución eclesiástica. Así se desprende del acuerdo que ha firmado el nuevo alcalde, Jordi Puig, con el titular de la parroquia de Sant Bartolomé, Víctor Jimeno. «Viviendo en un estado aconfesional queremos plantearnos la participación y representación de la corporación municipal en los actos religiosos», señala el acuerdo firmado tanto el ayuntamiento como por la iglesia y al que ha tenido acceso Levante-EMV. Los dos organismos coinciden en que es la iglesia la que debe presidir este tipo de actividades.

Así, los concejales seguirán colaborando con la iglesia en la organización de los diferentes actos que despenden de esta institución, como ocurre con cualquier otra entidad del municipio. También participarán en el día de Sant Bartolomé, fiesta que organiza el ayuntamiento, y ocuparán los puestos correspondientes a los festeros de las diversas actividades que se realizan.

Eso sí, los ediles no podrán representar al consistorio en importantes actos de carácter religioso como son le Corpus, el Domingo de Ramos o la procesión dels Combregars de Malalts i Impedits. En todo caso, aquel que así lo quiera, podrá participar a título individual.

Sin embargo, el Ayuntamiento continuará colaborando en los actos en que se considera que la Corporación Municipal debe colaborar para que se puedan llevar a cabo. El Ayuntamiento de Ròtova y la parroquia también colaborarán en aspectos como la accesibilidad de los espacios o la divulgación del patrimonio, entre otros aspectos.

El acuerdo entre la iglesia y el ayuntamiento busca dejar las cosas claras desde un principio en cuanto a la relación entre ambas instituciones se refiere y permite mantener una buena sintonía en aquellos aspectos que les une como partes importantes del municipio.

El documento fue preparado por el gobierno que preside desde el pasado 15 de junio el nacionalista Jordi Puig. Posteriormente, este fue avalado por el párroco Víctor Jimeno, aunque faltaba el trámite de que el pleno le diera curso. La propuesta salió adelante con los únicos votos de Compromís, mientras que el PP votó en contra.

En los más de 30 años de gobiernos populares, los alcaldes y concejales habían tenido una presencia destacada en las procesiones. Puig explicó ayer a este periódico que cuando él mismo entró como concejal, en 2011, ya presentó una propuesta para separar la institución municipal de la iglesia. En aquel momento, con la mayoría absoluta de la que disponía el PP, la medida fue rechazada. A las pocas semanas de tomar el relevo, el alcalde ha retomado esta cuestión que finalmente se ha resuelto de la mejor forma, con un acuerdo entre las partes, dada la buena predisposición del párroco, que coincide en que cada institución debe respetar la jerarquía de la otra cuando las actividades sean o civiles o religiosas. Un acuerdo de estas características ya se firmó en Ador hace tiempo.

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