d espués de que el actual Gobierno, todavía en funciones, auspiciara la entrevista a Arnaldo Otegi (hombre de paz, según el expresidente (por suerte) Zapatero) en la Televisión que pagamos todos los españoles, debemos hacer una reflexión sobre lo que el Presidente del Gobierno, en funciones entiende por Memoria Histórica.

De todos es sabido, y es condición humana, que la memoria la usamos como queremos, y que, en muchas ocasiones, suele ser «selectiva».

La «memoria selectiva» del actual Gobierno distingue entre muertos dignos y menos dignos, a los que hay que olvidar, como si las personas fueran distintas y los muertos se pudieran clasificar. Todas las personas muertas, fuera por la causa que fuera, son iguale, y sus familiares también. No hay muertos y familiares de estos de primera, que se merecen todos los reconocimientos, y muertos y familiares de estos, a los que interesa ignorar, como si se pensara que si los mataron sería porque se le merecían.

Para el actual Presidente de Gobierno y sus ministros sólo son dignos los muertos en la época de Franco, no ocurriendo lo mismos con los hombre y mujeres que fueron asesinados en 1936, y durante la Guerra Civil, por los contrarios a Franco, y tampoco ocurre lo mismo con las mujeres y los hombres asesinados por ETA, aunque muchos de esos muertos fueran militantes del mismo partido político al que pertenece y representa el actual Presidente del Gobierno, en funciones. De estos no merece la pena acordarnos, no sea cosa que los señores de EH-Bildu y su representante, Otegi, se enfaden.

La semana pasada el Papa Francisco beatificó a varias religiosas que fueron martirizadas y asesinadas en el año 1936, y no, justamente, por Franco. Pero de esto no hace falta acordarse.

Justamente el día anterior a la celebración del acto en recuerdo a las Víctimas del Terrorismo (casi todas por acciones de la banda terrorista ETA, y entre las cuales se cuentan muchas del PSOE) alguien del PSOE (ya que la Televisión Pública Española la dirigen ellos) sugirió u ordenó que se entrevistará a Otegi, condenado por pertenencia a banda armada.

En esa entrevista en «nuestra» televisión, Otegi dejó claro que lo de la Memoria Histórica no va con él ni le interesa, y así manifestó: «Tengo la impresión de que hay gente que pretende hablar continuamente del pasado, pero ETA es una página pasada a la que nosotros hemos contribuido» y añadía que «estirar el chicle del pasado es algo que en opinión de algunos da rédito electoral» (que se lo digan al actual Gobierno, que parece que de ello entiende).

En definitiva, la Memoria Histórica no incluye a los asesinados por ETA, ni a aquellos que antes y durante nuestra Guerra Civil se dedicaron a saquear y quemar iglesias, a martirizar a los religiosos y a asesinar a la gente sólo por que tenían dinero o por que eran católicos. Sólo tiene derecho a ser reconocidos dentro de la Memoria Histórica los muertos correspondientes a la época de Franco. ¡Qué Memoria más Selectiva y más poco objetiva!

Señores gobernantes, tienen la misma dignidad y se les debe el mismo recuerdo y respeto todas personas muertas o asesinadas por uno u otro bando y por ETA.

Hubiera sido mejor dejar las cosas como estaban. La Guerra Civil nos pillaba a todos muy lejos, nuestros hijos no sabían ni quién era Franco, todas las familias habían olvidado y perdonado ya la atrocidades cometidas antes y durante dicha guerra, incluso los asesinatos de ETA. ¿Por qué mirar hacia atrás en vez de mirar al presente y al futuro? ¿Habrá tenido razón Otegi cuando manifestó en nuestra televisión que eso da a algunos un rédito electoral?

Todos nuestros muertos merecen la misma dignidad, aunque hubiera sido mejor no recordar una época de nuestra historia que ya todos teníamos perdonada y olvidada. Y sobre todo, lo importante hubiera sido que ninguna de estas muertes se hubieran producido.