Sin embargo, también en la comarca existen caminos y vías pecuarias que en invierno apenas se utilizan y que en verano cobran protagonismo como atajos para ir más directos a las playas o para, supuestamente, eludir controles policiales. Y es aquí donde viene el problema, porque no están pensados para tal intensidad de tráfico y en algunos a duras penas cabe un coche por cada sentido.
Es el caso del Camí Real entre Xeraco y Tavernes, que discurre en paralelo al río Vaca. Muchos piensan que pertenece a la CV-605 Cullera-Gandia, una carretera que todavía sigue conociéndose popularmente como «carretera Natzaret-Oliva», pero no es así.
La CV-605, dependiente de la Diputación de València dentro de su red secundaria, es como el Guadiana, aparece y desaparece justo entre ese camino, que va del antiguo «scaléxtric» hasta la rotonda de la carretera CV-603, la que va a la playa de Tavernes. Ocurre que para los GPS (Google Maps) este tramo sí que está considerado carretera CV-605, así que estos sistemas siguen recomendando la ruta a los vehículos, incluso a los camiones, con el riesgo que implica especialmente para los conductores que no conocen el terreno, quienes se sorprenden de que una carretera pase abruptamente a ser un camino rural.
Que sea considerado CV-605, se reforme y se amplíe, es una reivindicación histórica de los últimos alcaldes de Xeraco, pero hasta ahora ha caído en saco roto. Mientras, sigue deteriorándose, y aunque hasta ahora no ha habido que lamentar ninguna tragedia, tiene enormes baches, algunos de hasta 30 centímetros de profundidad, donde los coches sufren y se dejan tapacubos de las ruedas.
En noviembre del año pasado el Ayuntamiento de Xeraco lo señalizó como «Camino extremadamente peligroso», pero no está dispuesto a asumir el gasto de repararlo. «Voy a pelear para que la Diputación lo incorpore como carretera, y me gustaría tener el apoyo de Gandia y Tavernes», señala el alcalde, Avelino Mascarell, que será diputado provincial, al igual que el socialista Vicent Mascarell.
Según datos de la Diputación, la CV-605 registró en agosto de 2018, en su tramo entre Cullera y la CV-603, una intensidad media de casi 7.000 vehículos al día, el doble que en cualquier otro mes del año, que suben a 8.300 entre Xeraco y la playa de Gandia. La Corporación provincial no cuenta en sus estadísticas al Camí Real, al no considerarlo como propio.
También se nota estos días que está más concurrido el Caminàs, especialmente el de Xeresa, que los turistas utilizan como acceso norte a la playa de Gandia desde la autopista AP-7. La alcaldesa de Xeresa, Anabel Peiró, de Compromís, reconoce que al ayuntamiento le gustaría actuar más para mejorar la seguridad vial, «pero nuestras competencias son limitadas». Una propuesta todavía no formalizada sería dejar un Caminàs para cada sentido, con el fin de reducir el tráfico en el marjal.
Por otra parte, en el término de Tavernes de la Valldigna también hay otros caminos «típicos» del verano, como el Camí Marenys o el que lleva a la playa de la Goleta, con mucho tráfico durante los festivales de música. En Oliva el Camí Vell de Dénia se toma para evitar pasar por la N-332 y acceder a los cámpings, a los chiringuitos, o a la playa de Rabdells.
