Gracias a Dios que en ese momento nadie pasaba por allí, porque, de lo contrario, habría podido ser una desgracia. A mediodía de ayer una de las grandes palmeras situadas en el paseo de Francisco Brines, de Oliva al Mar, se desplomó, yendo a parar no solo la parte peatonal de esa vía, sino que la copa también alcanzó la calzada por la que circulan los vehículos.
El hecho ocurrió a primera hora de la tarde justo delante del acceso al Hort de la Bosca, y en esas circunstancias el paseo quedó cortado al tráfico en sentido playa.
Inmediatamente se dio aviso a los operarios municipales, que se personaron en el lugar y, provistos de su maquinaria, procedieron primero a retirarla de la calzada y después a seccionarla y llevársela a un vertedero.
El ejemplar desplomado figura entre los más altos de la zona, similar a la palmera que se encuentra justo al lado. El corte que motivó que se viniera abajo se produjo a nos tres metros del suelo.
Las palmeras figuran entre las especies vegetales que habitualmente son revisadas por técnicos ante el peligro de que el tronco entre en un proceso de podredumbre o degradación y pueda desplomarse ante cualquier movimiento causado por el viento. En algunos municipios incluso existen planes para cortar aquellas que presentan troncos que no están del todo sanos.
