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Medio Ambiente

Otro estudio del emisario submarino de Gandia alerta de su mal funcionamiento

Carlos Barciella revela en su trabajo fin de máster que un difusor permitiría mejorarlo y reducir el riesgo de contaminación

Otro estudio del emisario submarino de Gandia alerta de su mal funcionamiento

Carlos Barciela, estudiante del Máster en Evaluación y Seguimiento Ambiental de Ecosistemas Marinos y Costeros del Campus de Gandia de la Universitat Politècnica de València (UPV), ha desarrollado un modelo a escala del último tramo del emisario submarino que vierte las aguas residuales de la depuradora comarcal de Gandia en el que revela que este elemento podría funcionar mucho mejor con un cambio sencillo. Se trata, según el estudio de Barciela, de diseñar y aplicar un difusor en el tramo final de la tubería submarina con un diámetro decreciente, en lugar del actual, que es constante. El trabajo final de máster ha sido dirigido por el catedrático de física de la UPV, Víctor Sánchez.

Según señala el estudiante, el emisario submarino de Gandia, que presenta elevados problemas porque está roto a mitad de su trazado y vierte aguas poco depuradas a solo un kilómetro de la costa, fue construido hace cerca de 30 años y su actual funcionamiento «no cumpliría con las recomendaciones de la legislación vigente para la salubridad de las aguas».

«La ley recomienda una velocidad mínima del flujo dentro del emisario y una velocidad mínima para cada difusor en su salida al mar, pero como el diámetro actual del emisor es constante, esas condiciones no se cumplen y facilita que se produzcan averías y el agua no se vierta al mar de forma eficiente, por lo que los contaminantes no se diluyen bien», señala el estudio realizado.

Además de los defectos de diseño y mantenimiento detectados, el emisario de Gandia ha empeorado por una rotura que ha podido constatar Miguel Rodilla, investigador y profesor del Máster en Evaluación y Seguimiento Ambiental de Ecosistemas Marinos y Costeros y del Grado en Ciencias Ambientales de la UPV. «Ahora el emisario está vertiendo un kilómetro antes de lo que tendría que hacerlo, con lo que se aumenta la probabilidad de problemas de contaminación en las playas cercanas, como Marenys de Rafalcaid o Daimús», explica Rodilla.

Esa rotura ya fue revelada por un equipo de investigación que difundió las imágenes realizadas por un grupo de submarinistas. De hecho, el Ayuntamiento de Gandia ya se ha dirigido a la Generalitat solicitando un análisis de la situación para garantizar la calidad del agua en sus playas y en las cercanas.

Como ejemplo, el investigador y estudiante Carlos Barciela explica que esta contaminación «repercute negativamente» en el crecimiento de la planta Cydomocea nodosa, que es el hábitat común para la reproducción de las sepias. «Si hay exceso de contaminación por nutrientes que provoquen falta de luz, se pierde este punto de biodiversidad y no hay capturas de sepia», señala Barciela, quien afirma que esto es debido a que parte del agua del emisario, más oscura que existente en el mar, no se mezcla y se posiciona en la superficie, actuando literalmente como un parasol que impide el crecimiento de la planta.

Los problemas que genera el emisario son muchos y cada vez existen más voces que animan a la Administración a solucionarlos definitivamente mejorando el tratamiento de las aguas residuales de la depuradora de Gandia para que puedan ser reutilizadas.

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