Voro Femenía, alcalde socialista de l'Alqueria de la Comtessa, asumió la noche del lunes la presidencia de la Mancomunitat de Municipis de la Safor en una votación unánime del pleno de una entidad que, en esta legislatura, está llamada a experimentar un proceso de transición para adaptarse a la Ley de Comarcas que les Corts Valencianes aprobaron y que ofrece la posibilidad de asumir más competencias.
Femenía ejercerá la presidencia en un primer turno de dos años. Después le sustituirá Assumpta Domínguez, alcaldesa de Potries, de Compromís, porque esos dos partidos suman 21 representantes cada uno del total de 60 que integran el pleno de la Mancomunitat.
En su discurso de toma de posesión Femenía ya lo dejó claro. Animó a los alcaldes presentes a dar el salto para constituir una nueva Mancomunitat de las que la ley define «de territorio», lo que le permitiría convertirla, mucho más que ahora, en un «ente político» con capacidad de asumir atribuciones que ahora tiene la Generalitat. Entre ellas, una parte de la planificación territorial y de infraestructuras, de la gestión en materia de transporte público, e incluso de fijar tasas y tributos que le permitirían financiar con fondos propios aquellas atribuciones que ahora están en manos de la Administración autonómica.
«Los alcaldes tenemos que usar la Mancomunitat como un potencial político para reclamar y exigir ante la Diputación, la Generalitat y el Gobierno español, que se subsanen las deficiencias, y ahora es el momento de dar un impulso para convertirla en un instrumento para la defensa de los derechos de nuestros ciudadanos», señaló Femenía en una alocución que concluyó llamando a los alcaldes a plantear «proyectos novedosos, con más retos y más ambición», y también a «una mayor proyección» de la comarca de la Safor.
En cierta medida, si la Mancomunitat abre esa transición, lo que en realidad estaría haciendo es avanzar hacia una nunca materializada comarcalización de la Comunitat Valenciana, empezando, muy lentamente, por aquellos territorios que, como ocurre en la Safor, disponen de un amplio arraigo en el sentimiento de pertenencia a la comarca y también de una institución que pueda aglutinar, si así lo estiman los ayuntamientos adheridos, la gestión administrativa de servicios y políticas que ahora están en manos de otras instituciones.
La duda es saber si ese proceso contará en la Safor con el apoyo de todos los partidos políticos, un aspecto clave para erigirse, como ocurrió hace cuarenta años con la creación de la Mancomunitat, en una de las pioneras a la hora de aplicar la nueva Ley de Comarcas.
