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El Festival Iboga genera 1,6 millones para Tavernes

El evento musical de la pasada semana en la playa vallera ha acogido a más de 50.000 personas

El Iboga Summer Festival 2019 ha generado un impacto económico de 1,6 millones de euros en la playa de Tavernes de la Valldigna, según afirman desde la organización del evento. Los organizadores añaden que la celebración del festival ha supuesto un 100 % de ocupación en alojamientos turísticos en la zona y que desde la asociación de comerciantes y hosteleros de la playa vallera les han informado de que la hostelería sube un 40 % de miércoles a viernes y un 15 % durante el fin de semana.

En el balance que Iboga Summer realiza tras cinco intensos días de festival se asegura que la playa de Tavernes ha acogido a 50.000 asistentes que han vivido la experiencia.

Sobre un recinto ubicado a un minuto de la playa, los asistentes han dispuesto de una zona de césped natural plantado para la ocasión con meses de antelación, cuatro escenarios, multitud de elementos decorativos, una zona gastronómica de primera calidad y puntos de refrescos en abundancia.

El Main Stage, añade el comunicado de Iboga, ha sido testigo de conciertos de bandas como Orishas, Asian Dub Foundation, Fanfare Ciocarlia, Femi Kuti & The Positive Force, Natty Bo -líder de Ska Cubano- & Soweto, La Pegatina, Dubioza Kolektiv o La P'tite Fumée, entre muchas otras.

Más de 80 actuaciones

En total, más de 80 actuaciones musicales repartidas también por la Carpa de Circo y el Dub Corner, novedad en esta edición. Tres escenarios musicales que se iban alternando para ofrecer un amplio repertorio de sonidos balkan, ska, reggae, dub y world music.

La programación musical ha sido incesante, apenas ha habido descanso y el público ha respondido con bailes, sonrisas y una comunión perfecta entre todos.

La Carpa Cultural era el complemento perfecto para la realización de actividades, con talleres de Chi Kung, de arquitectura ecológica o sexualidad tántrica, entre otros.

El buen ambiente ha sido la tónica predominante. El festival se plantea pensando en la comodidad de los asistentes. La zona de acampada se ha dispuesto con sombras en su totalidad, duchas y aseos de lujo, zona de caravanas y furgonetas y un bar propio.

Las zonas de acceso al festival se han implementado con dos carpas extra con sombra para descansar o tomar algo, puesto que la más grande disponía de una barra. En el interior del recinto existían multitud de zonas de refresco, fuentes, nebulizadores en el interior de las carpas o el icónico elefante iboguer@ tirando, sin descanso, agua por la trompa.

Ha habido también elementos decorativos, el globo aerostático entre ellos, una cocina internacional y local elaborada al momento y un sistema de pago con la pulsera, han sido otros elementos que han reforzado el bienestar existente.

La ecología, sostenibilidad e integración son otros ejes sobre los que gira el festival. Mínimo impacto sobre el entorno, reducción al máximo de residuos, uso de vasos reutilizables, acogida de más de 60 refugiados a los que se les ha invitado a disfrutar la experiencia, en colaboración con CEAR, o la novedad de #IbogaChallenge con recogida de plásticos en la zona para crear la escultura del pato iboguer@.

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