Si se atiende a las sanciones que la Policía Local de Gandia está imponiendo este verano en la zona de la playa, no cabe duda que el principal problema de convivencia en esa zona, ahora llena de residentes y turistas, es el exceso de ruido.

Según los datos facilitados por la Jefatura de la Policía Local durante el fin de semana pasada las patrullas de agentes impusieron un total de 162 sanciones por incumplimiento de la Ordenanza de Convivencia. La casuística es muy extensa, incluyendo la venta ambulante no autorizada, quince multas, la práctica de consumir bebidas alcohólicas en la vía pública, con dos actas, o por ese gesto de orinar en las calles, hecho por el que se denunció a nueve personas entre el viernes y el domingo pasados.

Pero el ruido es lo que lleva de cabeza a los residentes y a los policías, que ya están acostumbrados a la clásica intervención que se origina por la llamada de una persona que denuncia, especialmente a mediodía o durante la noche, que no puede descansar.

Según la estadística, 78 de las multas lo fueron por ruido, algo que, también habitualmente, viene unido a la actitud incívica de quien lo genera. De esa cifra, cuarenta denuncias corresponden a «escándalos» que se producen dentro de las viviendas, con la consiguiente molestia a los vecinos, o en la vía pública. Otras 18 multas se dirigieron a los conductores o propietarios de los llamados 'coches discoteca' que circulan, o bien están aparcados en alguna zona, con el aparato de música a todo volumen.

Esta situación no es nueva y se viene produciendo desde hace años en los fines de semana del verano, pero, paralelamente al incumplimiento de las normas de convivencia, la Policía Local incrementa las acciones para llegar allí donde los vecinos señalan el problema, o actúan directamente si se encuentran con las conductas sancionables.

Las sanciones, dependiendo de la gravedad, pueden alcanzar los 750 euros, y la batalla contra el ruido se mantendrá en las próximas semanas, según señala el Gobierno local.