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Cien años de batallas

La Federació se prepara para celebrar el centenario de las celebraciones, que arrancaron en 1921

Cien años de batallas

Los Moros y Cristianos de Oliva celebrarán el próximo 2021 los cien años de la fiesta en esta localidad de la Safor. Y por ese motivo durante el desarrollo de la última Asamblea General de la Federació de Moros i Cristians se aprobó el pasado mes de junio el inicio de las gestiones y trámites para la conmemoración de ese centenario de la celebración de los primeros actos, que tuvieron lugar en el año 1921.

Con esta iniciativa hay que reseñar que también se considera oportuno el estudio para relacionar este acontecimiento con la última época de la recuperación de la fiesta, que tuvo lugar el año 1975, un hecho del que se cumplirán cincuenta años en 2025.

El documento aprobado justifica históricamente las primeras celebraciones de las fiestas de Moros y Cristianos en Oliva, que según los archivos tuvieron lugar en el periodo entre los años 1921 y 1925, alrededor de las fiestas en honor al Santíssim Crist de Sant Roc del Raval. En 1921 ya hay imágenes del niño Juan Morell Salabert ejerciendo el papel de «Ángel Anunciador» de las fiestas en la plaza de Sant Roc. Su misión era justamente la de anunciar el inicio de las celebraciones.

Tras aquella lejana primera etapa de la escenificación de batallas entre moros y cristianos tuvo lugar una segunda, datada entre 1950 y 1957, probablemente también relacionada con la llegada a Oliva de la nueva imagen del Crist de Sant Roc. Pero tampoco en aquella ocasión se mantuvo más allá de esos siete u ocho años.

La tercera etapa, la actual, es la más conocida y documentada, porque arrancó en 1975 como complementaria a la Fira i Festes que se celebraba a finales del mes de junio y a iniciativa del festero alcoyano residente en Oliva, Rafael Boronat y amigos suyos del Gremio de la Metalurgia que presidía bajo el nombre de Moros del Metall y que dio paso posteriormente a la actual denominación como filà Marràqueix.

En la documentación aprobada por la Federació de Moros i Cristians que preside Sergio Bañuls se fijan una serie de aspectos que pretenden servir para mejorar el estado de la fiesta en general. Entre otros, se menciona la necesidad de recordar las anteriores etapas, profundizar en el conocimiento sobre la fiesta, aumentar la autoestima festera, consolidar la celebración como referente en el ámbito local, intensificar la vertiente histórica, cultural y fundamentar la participación de los festeros, no festeros, visitantes y posicionar Oliva más allá del ámbito comarcal para conseguir de una vez la Declaración de Fiesta de Interés Turístico y Económico a nivel nacional.

Ahora lo que se va a hacer es crear un comité organizador, que será el encargado de elaborar la propuesta concreta de los actos y actividades que se llevarán a cabo para conmemorar el centenario de la fiesta. Un programa que deberá ser ratificado por la Asamblea General de festeros. Paralelamente se estudiarán los mecanismos de financiación, para lo cual se espera la colaboración de las administraciones públicas y los colaboradores privados.

Preludio de batalla mora-cristiana

Oliva es pionera en documentación histórica sobre la fiesta. El 16 de febrero de 1599 el rey Felipe III acababa de casarse con la infanta Isabel Clara Eugenia y tuvieron la iniciativa de visitar, durante su luna de miel, el Palau dels Centelles de Oliva, desde donde se dirigirían hacia Dénia. Unos días después, el mismo febrero de 1599, a su regreso desde Dénia, tuvo lugar en el término municipal de Oliva, a la altura del Molinell, la primera representación documentada de una batalla entre moros y cristianos en tierras valencianas. Un grupo de ciudadanos se disfrazaron de moros y soldados y representaron una batalla falsa ante Felipe III que, según las crónicas, fue del agrado del rey y de su corte. Ese y otros acontecimientos fueron los que, con el tiempo, fraguaron en distintas localidades para, finalmente, convertir aquellos históricos enfrentamientos de los años de la conquista cristiana en fiestas que, obviamente, tenían como misión ensalzar la victoria frente a los moros.

Con el paso del tiempo, y especialmente en las últimas décadas, las fiestas de Moros y Cristianos, sin perder ese contenido de escenificar la conquista, entrado en el ámbito de la concordia, con numerosos actos en los que los unos y los otros, es decir, los moros y los cristianos, comparten la celebración en un ambiente de hermandad festera. Y ese es, también, el símbolo y el argumento que se quiere transmitir.

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