La fuerte tromba de lluvia que dejó alrededor de 50 litros por metro cuadrado en Gandia a media mañana del martes ha tenido su consecuencia «lógica». A mediodía de ayer los análisis realizados por la Dirección General del Agua de la Generalitat daban positivo en bacterias en las playas de Venècia y Rafalcaid, las que se sitúan, respectivamente, al norte y al sur de la desembocadura del río Serpis.

Ocurre siempre que se produce una fuerte precipitación. La red de alcantarillado del Grau no soporta el caudal y los aliviadores vierten directamente al cauce del río. A ello se suma el aporte de aguas pluviales, igualmente con residuos y suciedad, que en la mañana del martes se produjo desde el área urbana de Gandia.

Según informó el ayuntamiento, los análisis revelaron la presencia de bacterias asociadas a coliformes y otros elementos, y se dio orden a los socorristas de la Cruz Roja de que cambiaran la bandera amarilla, de precaución, por la roja, que prohíbe el baño en esas dos playas. Durante el día de hoy se volverán a realizar análisis del agua de mar para determinar si ya se puede permitir el baño, aunque, por los precedentes, esta situación se suele prolongar durante dos o tres jornadas.

Cierto es que, al menos en lo que al Grau respecta, la solución está en marcha. El Ayuntamiento de Gandia ya tiene en curso la construcción de un depósito de pluviales en la zona de les Foies, donde se acumulará el agua que caiga en forma de tormenta en esa zona. De allí se bombeará hasta la estación depuradora para ser tratada y enviarla al mar a través del emisario submarino. Previsiblemente el próximo verano ese sistema ya estará operativo y evitará, si no todas, al menos sí la mayoría de causas que obligan a prohibir el baño en las playas de Venècia y Rafalcaid.

Estas tormentas veraniegas también generan problemas en otras localidades. La Séquia Mare que discurre por la playa de Oliva recibió el aporte de agua sucia y maloliente que generó protestas en el área situada entre la Via Ronda y la calle de l'Aigua Blanca.

El ayuntamiento tuvo que proceder al bombeo de algunas balsas en las que se acumulaba el líquido para evitar esas molestias. Después de tantas semanas sin lluvias significativas la tromba arrastró a los cauces mucha suciedad acumulada.