La piscina del Centre Esporiu Roís de Corella, en Gandia, se encuentra cerrada desde ayer domingo. El motivo es el mismo que ha llevado a echar también el cierre de estos espacios públicos a otras localidades de la Comunitat Valenciana: el hallazgo de excrementos humanos. Lo que parece que se ha convertido en una moda viral está llevando de cabeza a las administraciones, además de suponer un importante gasto para las arcas municipales.

El domingo, cuando los vigilantes de la piscina de Roís de Corella hallaron las heces, activaron rápidamente el protocolo que se pone en marcha en estos casos. Se procedió al vaciado de la piscina y su posterior limpieza. Después se llevó a cabo lo que se conoce como "hipercloración", es decir, que aumenta considerablemente la dosis habitual de esta sustancia que sirve para desinfectar el agua. Durante la mañana de hoy, se realizarán dos análisis. Estos ya no sirven para comprobar si la bacteria e-coli, procedente de las heces ha desaparecido, ya que ese problema queda resuelto con la limpieza, sino para corroborar que los niveles de cloro son los adecuados para el uso por parte de las personas. Una vez se compruebe que es así, la piscina volverá a abrir al público.

Fuentes municipales han mostrado a Levante-EMV su malestar por estos hechos, ya que es la tercera vez que la piscina de Roís de Corella tiene que cerrar por este mismo motivo, además de la que lo tuvo que hacer la de Beniopa. Por ello, advierten que tanto los socorristas como el personal de mantenimiento de estos espacios van a reforzar la vigilancia para, en caso de que vuelva a ocurrir, tratar de dar con el autor o autores. Si eso ocurre, se dará aviso a la Policía Local, que cursará denuncia por un delito contra la salud pública.

Y es que, además del evidente inconveniente que genera a los usuarios, al ayuntamiento le supone un importante gasto económico, toda vez que los últimos análisis los debe realizar una empresa externa.