Unas 40 personas participaron el pasado fin de semana en la campaña «La playa no es un cenicero», puesta en marcha por una vecina de Oliva. La concejala de Medio Ambiente, Mª Josep Llorens ,y el responsable de Participación ciudadana de este municipio, Josep Escrivà, se unieron a la iniciativa.

Rosa Martínez, la precursora, organizó esta actividad para involucrar a más gente y que, además de limpiar la arena, sirviera para concienciar a los vecinos.

Según comentó, la idea surgió porque ella hacía tiempo que, cuando iba a la playa, limpiaba todo el lugar que ocupaba, sacaba todas las colillas (y plásticos) y los echaba a la basura. Un día decidió guardarlas en una garrafa para poder contabilizarlas y fue así como tomó conciencia de la gran cantidad de suciedad que recogía cada vez que iba a la playa. Así, decidió compartir esta experiencia con más gente y hacer difusión para que se visualizara.

Para Josep Escrivà, «se trata de una iniciativa ciudadana que ha resultado ser un éxito asistencial y de impacto mediático». Por su parte, Mª Josep Llorens dio su apoyo explícita a una iniciativa que «nos hacen reflexionar, concienciar y actuar sobre la suciedad que depositamos los humanos en nuestras playas».