El Ayuntamiento de Tavernes de la Valldigna intentará, por segunda vez, cerrar al tráfico de vehículos la plaza Major para dedicarla exclusivamente a los peatones. Con motivo de las fiestas patronales, que se desarrollarán entre el 14 y el 23 de este mismo mes de septiembre, se instalarán bolardos y vallas que evitarán el paso de coches y motos a esta vía durante dos semanas como es tradición todos los años. La novedad está en que, lo más probable, es que el cierre se alargue más allá de esas jornadas festivas.

La idea del ejecutivo, según explicó ayer el concejal de Movilidad, Josep Llàcer, es que los días en que se desarrollan los actos festivos supongan una «prueba» para conocer si la peatonalización de la plaza en la que se encuentra el ayuntamiento, además de dos farmacias, bares y otros negocios, resulta positiva en cuestiones de movilidad en el centro del casco urbano. Si es así, la medida se alargará de forma definitiva, en principio, ya que se trata de una operación que puede ser reversible en cualquier momento al no incluir ninguna obra ni la eliminación del actual carril, como dejaba claro el propio edil Llàcer.

Esta peatonalización supondrá el cambio de sentido de algunas calles próximas, como son Metge Grau, que actualmente es de bajada hacia la carretera y pasaría a ser de subida, u otras como Sant Josep y Sant Pere.

Es el segundo intento del gobierno de Tavernes de priorizar al peatón en el centro de la localidad. En el primero, se vio obligado a desistir después de que en una tensa reunión con los vecinos del centro quedara patente que había un buen número de personas que no estaban a favor.

El concejal argumenta que la peatonalización se encuentra incluida en el Plan de movilidad urbana sostenible (PMUS), que fue debatido en diferentes mesas participadas por vecinos y aprobado en 2013. «Todas las obras que se han hecho en los últimos años en materia de movilidad como las aceras o los cambios de dirección de algunas calles se han basado en ese plan», indicaba el concejal.

El edil cree que «debemos planificar una ciudad para el futuro y eso implica trabajar para que los espacios públicos sean cada vez más ocupados por las personas y no por los vehículos», señalaba. En esa línea, señalaba que el cierre de la plaza Major busca «reducir el pequeño caos que hay en el centro del pueblo, con diversos puntos en los que siempre se ha priorizado al vehículo». El concejal cree que «hay que conciliar el espacio urbano para que se pueda coexistir».

El paseo no se cambia

A diferencia de la propuesta de hace unos años, la peatonalización solo afectará a la plaza Major sin llegar a otros puntos importantes del centro como el paseo del País Valencià, como sí que se planteó en el primer intento. Seguirá abierto al tráfico en los dos carriles laterales.

Entre los objetivos del Gobierno local está el concienciar a las vecinas y los vecinos en la reducción del uso de los coches para moverse por la ciudad. «Debemos viajar hacia una ciudad moderna y de futuro en lo que respecta a la movilidad. No solo hay que hablar de peatonalización, también debemos hacerlo de movilidad y accesibilidad», indicaba.

«Un gobierno déspota»

El proyecto ha generado críticas entre formaciones de la oposición. La portavoz del PP, Eva Palomares, lamentaba ayer en sus redes sociales que el gobierno de Compromís haya tomado la decisión «sin consensuar». La concejala tildó la actitud de «déspota y totalitaria» y recordó al Ejecutivo que está en minoría y que «decisiones importantes para el pueblo se deben consensuar con los otros partidos». La representante popular decía sentirse «decepcionada» y aseguraba que «se había enterado por vías que no eran las del gobierno».