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Un tigre para recordar la ferocidad del incendio

La escultura mide seis metros y aprovecha los troncos de dos pinos que resultaron calicinados - Varias llamas de aluminio rematan las ramas

La escultura del tigre instalada en la parcela del vecino de la urbanización Montepino. levante-emv

En agosto del 2018 el fuego se llevó por delante más de mil hectáreas en la zona de Marxuquera, en Gandia. Varias urbanizaciones se vieron afectadas, decenas de viviendas resultaron carbonizadas y todo el patrimonio natural se redujo a cenizas en cuestión de horas. Fueron días intensos, especialmente para los que viven allí. Muchos de ellos vieron las llamas de cerca. La tensión, la rabia y la tristeza se ha convertido ahora en lucha por tratar de recuperar una parte de lo que el fuego les arrebató, y en recuerdo. Aquellas imágenes serán imborrables de por vida para quienes sintieron el miedo tan de cerca.

Muchos, aún cierran los ojos y solo ven las feroces llamas de aquel fuego arrasando todo a su paso. Feroz es también el tigre blanco que un vecino de Montepino ha instalado en su jardín a modo de memorial para recordar aquella tragedia y «evitar que se olvide esa tragedia con facilidad».

Las llamas destruyeron una pinada que tenía en el interior de su parcela. Este vecino tenía claro que aquellos troncos ennegrecidos podían reutilizarse y convertirse en un símbolo para recuerdo del fuego. Así fue como se le ocurrió la idea de contactar con un artista al que conoce. Este elaboró algunos bocetos que le permitían, con el tratamiento adecuado, aprovechar algunos de esos troncos quemados como parte del diseño. Entre todos, eligió el tigre que ahora preside su jardín.

El diseño tiene una altura de seis metros, está elaborado con una gran plancha de acero de 5 milímetros de espesor que está pintada en blanco y lacada, recortada y calada con forma de un tigre «que simbolia la fiereza del fuego devastador», apunta el propietario. Se encuentra colocado entre dos de los pinos que resultaron calcinados en el incendio, que han recibido un tratamiento para que puedan soportar el paso del tiempo. Además, la escultura está rematada con pequeñas llamas blancas de aluminio que coronan las ramas de los árboles.

La obra se encuentra dentro de la parcela de este vecino, quien asegura que, previa cita, puede ser visitada «sin ningún problema».

Desde la asociación de vecinos de Montepino no solo apoyan la idea, sino que quieren convertir el tigre en un símbolo de recuerdo de unos días en los que sintieron la impotencia de no poder hacer nada por salvar sus propiedades. Pero también de la lucha que, aún hoy, llevan a cabo por conseguir unas ayudas, que, dicen, tardan en llegar.

Hace unos días, el ayuntamiento anunciaba la resolución de ayudas para la recuperación agroforestal de parcelas privadas y también la devolución del IBI. Además, los vecinos de Montepino ya saben también que está en marcha el proyecto para la construcción de un nuevo puente de acceso.

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