La zona de acampada del Festivern, el festival musical con el que se cierra el año en Tavernes de la Valldigna tendrá en la edición de este 2019 un mayor control y organización. Tanto la empresa que promueve el evento como el ayuntamiento van a dar cumplimiento a las recomendaciones que tanto desde la Generalitat como desde la comandancia de la Guardia Civil habían dado en materia de seguridad, como se anunciaba en las redes sociales del festival ayer.

Para ello, la gran acampada que se expande por la zona de Marjaletes en los últimos días del año contará por primera vez con control de acceso y aforo limitado. La organización ya ha empezado a vender los abonos, que incluyen, además de la entrada a los conciertos que se desarrollen esos días en la gran carpa del Vergeret, el derecho de contar con un espacio en la parcela para instalar la tienda de campaña. El precio por acampar es de 3 euros, aunque no existe la posibilidad de adquirirlo de forma separada al abono.

Desde la empresa informaron ayer a Levante-EMV que la capacidad concreta aún está por determinar pero se mostraron convencidos de «que van a caber todos los que habitualmente vienen al Festivern y se quedan a dormir».

Así, físicamente el espacio quedará delimitado con un cercado y se habilitarán los carriles de seguridad pertinentes para el tránsito de la gente y, en caso de que fuera necesario, los servicios de emergencia. Además, las tiendas tendrán que guardar una distancia de separación obligatoria entre ellas para poder cumplir con lo que establece la normativa.

Todos estos condicionamientos no se habían cumplido hasta el momento. Aunque la empresa es la encargada de organizar los festivales, el ayuntamiento gestionaba la acampada. Era libre. Cada uno llegaba a la gran parcela de Marjaletes y plantaba su tienda y si no cabía se iba a otro sitio. Esa situación provocaba una situación de masificación de tiendas unas muy juntas a las otras.

El concejal de Festivales, Josep Llàcer, reconocía ayer a este periódico que «llevábamos tiempo trabajando en esto, pidiéndole a la empresa que se implicara en la gestión de la zona de acampada, que hasta ahora recaía en el ayuntamiento. Hemos llegado donde queríamos nosotros», destacaba.

A nivel práctico esto significa que, como ha ocurrido en los ocho años que el Festivern se ha celebrado en Tavernes, un grupo de jóvenes ya no podrá llegar al municipio y sin su abono de acampada instalar la tienda donde le plazca. «Es muy difícil de controlar que alguien acampe en un lugar que no esté habilitado pero la Policía Local tendrá que estar pendiente de que esto no ocurre y si detecta que alguien lo hace se les tendrá que advertir de que está prohibido», explicaba Llàcer.

Lo cierto es que en los anteriores años también se dibujaban las calles internas entre las tiendas pero, precisamente por esa falta de organización «se acababan ocupando», como reconocía el concejal.

Desde la organización advertían que «la Conselleria de Interior y la Guardia Civil nos han advertido que no se toleraría más una acampada libre sin control de acceso, sobre todo por seguridad». Recordaban que allí «se enciende fuego, con tiendas muy juntas y hay robos».

Hay que aclarar que hasta el momento nunca ha ocurrido nada de gravedad ni en la zona de acampada ni en los conciertos.