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Los 1.560 días de diana morant

Los 1.560 días de diana morant

Han transcurrido ya 100 días desde la celebración del pleno de investidura del pasado 15 de junio. 100 días desde que Diana Morant se heredó a sí misma y a su propia gestión de 1.460 jornadas al frente del Ayuntamiento de Gandia. Por tanto, se acabaron las excusas y el manido argumento de echar la culpa a la herencia recibida.

Nos presentaron el «Pacte del Serpis» como la tabla de salvación de la ciudad, pero no es más que un documento lleno de ambigüedades y lugares comunes. Eso sí, un 25% de dicho documento dedicado a repartirse los cargos y crear duplicidades, como la división de la Concejalía de Cultura y la de Escena Urbana, la separación de Urbanismo de las políticas de Vivienda o el nombramiento de 7 directores generales.

De un gobierno tan amplio esperábamos eficacia en la gestión y rapidez a la hora de solucionar los problemas y la realidad es que no nos hemos encontrado ni con una cosa ni con la otra, sino con los 100 primeros días de gobierno más vacíos, improductivos e inoperantes en la historia democrática de Gandia, ya que no han sido capaces de poner en marcha ninguna de sus promesas electorales. Ni bajada de impuestos, ni tarjeta de residente ni mejora de la limpieza de las calles.

Prueba de todo ello han sido los problemas que hemos visto en la adjudicación de los servicios de playa, como las hamacas y las sombrillas, la cancelación de los conciertos de Escena Gandia en temporada estival, aumento de la criminalidad en las calles, seguimos viendo el lamentable estado de mantenimiento de parques y jardines y también hemos visto alguna enmienda a la totalidad a su propia gestión, como la devolución del servicio de recogida de animales a una protectora, aunque aún no se han dado los pasos definitivos.

Podría hacer una lista más extensa de todos los asuntos que no han funcionado en estos días, y que todos conocemos, pero creo que es más importante que podamos fijar las prioridades de futuro para nuestra ciudad.

Señora Diana Morant, es el momento de poner encima de las mesa los planes, propuestas y proyectos que tiene para afrontar los retos inaplazables que tiene Gandia: La transformación tecnológica, la industrialización de nuestra economía, la desestacionalización de nuestra playa, facilitar el acceso a la vivienda para los jóvenes, la mejora de los servicios públicos básicos como la limpieza y el mantenimiento de parques y jardines, la renovación de las instalaciones deportivas, la puesta en marcha de la tarjeta de residente para los vecinos afectados por la zona azul, así como la tan ansiada rebaja de impuestos que tanto merecen los vecinos y de la que nos hemos vuelto a saber nada desde las elecciones.

Frente a la Gandia imaginaria en la que vive Diana Morant y su equipo de gobierno existe una Gandia real, que lo pasa mal para llegar a final de mes, que está asfixiada por los altos impuestos, que padece el aumento del 18% del alquiler medio en la ciudad y que nos exige que no tardemos ni un minuto más en ponernos a trabajar en estos asuntos, ya que de no hacerlo la sociedad gandiense no podrá avanzar.

En caso de no tomarse decisiones de calado hago mías las palabras de Francisco Silvela, Presidente del Consejo de Ministros entre 1902-1903, que en un artículo publicado con el título España sin Pulso, afirmó que «Si pronto no se cambia radicalmente de rumbo, el riesgo es infinitamente mayor y de remedio imposible».

Viendo los grandes desafíos que tenemos ante nosotros, ahora más que nunca necesitamos un Gobierno local que sea capaz de afrontarlos desde el pacto y un diálogo que nos permita hacer política con 'P' mayúscula, lo que significa poder planificar el futuro, fijando al mismo tiempo un horizonte y los pasos para hacerlo efectivo. Debemos trabajar para ofrecer a nuestros jóvenes oportunidades de vida personal y profesional.

Para hacer posible todo lo anterior es necesario que la Alcaldesa de Gandia se decida a consensuar los proyectos de ciudad con el Partido Popular de Gandia como principal partido de la oposición y alternativa de gobierno.

Son muchas las ocasiones en las que le he solicitado una reunión para abordar todos estos objetivos, pero nunca he obtenido respuesta. Aún así, sigo manteniendo la puerta abierta a que el Partido Popular de Gandia pueda acordar numerosas medidas con el Gobierno de Gandia para hacer realidad aquello que decía el filósofo Martin Buber, que «la política es realmente ese noble arte que permite seguir caminos de racionalidad en el reconocimiento de la diversidad».

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