El concejal de Planificación Urbanística de Oliva, Miguel Monzonís, indicó ayer que, de acuerdo con las previsiones relativas a este proyecto, la ampliación del hotel y la construcción de un gran centro de convenciones en Oliva Nova podría suponer la creación de setenta puestos de trabajo directos una vez entren en funcionamiento ambas instalaciones. Obviamente, a esta cifra hay que unir los cientos de empleos que para la construcción de ambos edificios y de las instalaciones anejas.
Pero Oliva también gana con esta actuación porque el ayuntamiento ingresará un buen pico por licencias de obras y la recaudación posterior de los impuestos correspondientes a esa actividad económica.
«Los beneficios llegan en muchos aspectos», señala Monzonís, quien también destaca la importancia de que Oliva sea conocida por un turismo de calidad que, además, contribuye a la desestacionalización.
La política turística es, como lo fue durante la pasada legislatura, una de las prioridades del Gobierno local. De hecho, Oliva quiere proponer a la Generalitat una suavización de las restrictivas normas decretadas en el Plan de Acción Territorial de la Infraestructura Verde (Pativel), al considerar que está ahogando sus posibilidades en cuanto al aprovechamiento de las playas para incrementar la oferta de actividades a los miles de turistas que la visitan.