La agresión que sufrieron varios jóvenes cuando, en mayo de 2014, acudían a la Trobada d’Escoles en Valencià de la Safor-Valldigna que se celebraba en la localidad de Benirredrà no ha quedado impune. El Juzgado de lo Penal número 1 de Gandia ha condenado por aquellos hechos a dos personas, uno de los cuales, cuyas iniciales corresponden a N. F. C., por un delito con lesiones con instrumento peligroso, así como a una falta de maltrato de obra sin lesiones. Por esos hechos se le imponen 22 meses de cárcel, pena que puede eludir si en los próximo tres años no vuelve a delinquir. El segundo condenado, E. J. F. M., fue autor de una falta de lesiones, y se le impone una pena de 12 días de localización permanente. En ambos casos se les prohíbe acercarse a sus víctimas y a indemnizarlas económicamente.

La sentencia, que se ha dictado de conformidad por parte de los acusados, que así reconocen los hechos, concluye lo que siempre defendieron las víctimas y Escola Valenciana, entidad organizadora de la Trobada que ha asesorado jurídicamente a las familias de los tres agredidos.

Así, queda probado que los dos autores de las agresiones actuaron por motivos ideológicos. Es decir, se presentaron en el lugar donde se celebraba la Trobada d’Escoles en Valencià con la intención de amedrentar a quienes iban a participar en sus actos.

El juez de Gandia relata que ese 17 de mayo de 2014 un grupo de personas portando banderas del Grup d’Acció Valencianista (GAV) y lideradas por el principal condenado, se abalanzaron contra un grupo de jóvenes que se dirigía a la Trobada. Las agresiones tuvieron lugar en la avenida de les Esclaves de Gandia y estuvo motivada «por la confrontación ideológica existente entre ambos colectivos», en referencia al GAV y a quienes organizan y participan en las Trobades d’Escoles.

Los ahora condenados, con otras personas que no pudieron ser identificadas y que se han librado del juicio, golpearon a las tres víctimas con puñetazos, patadas y con los cinturones que llevaban, en algunos momentos «a modo de látigo y con la hebilla metálica», como relata el juez en la sentencia, quien añade que esa actitud agresiva solo finalizó cuando algunas personas se dieron cuenta de lo que ocurría y llamaron a la policía.

Pese a las advertencias previas

Estos hechos ocurrieron a pesar de que Escola Valenciana y el Ayuntamiento de Benirredrà advirtieron a la Delegación del Gobierno de España en la Comunitat Valenciana para que no autorizara una concentración del GAV convocada en la misma localidad el mismo día de la Trobada, dado que existían antecedentes de agresiones por parte de personas vinculadas a esa organización en manifestaciones y actividades en defensa del valenciano, actos que el GAV considera que son «catalanistas».

Aun así, la delegación del Gobierno, cuya titular entonces era Paula Sánchez de León, no prohibió la concentración el GAV en Benirredrà y, como muchos temían, la policía no fue capaz de garantizar la seguridad de todos los que acudían a la Trobada.

Lo dice incluso la sentencia en el apartado de Hechos Probados: «El GAV convocó ese mismo día una concentración de protesta contra la Trobada a fin de denunciar el adoctrinamiento catalanista», y añade que esta organización «afirma defender el patrimonio valenciano mediante acciones reivindicativas, a menudo violentas». Y, a mayor abundamiento, el juez recuerda que el Movimiento contra la Intolerancia califica al GAV como «ideológicamente fascista o de ultraderecha y defensora de valores antidemocráticos».

Al menos las agresiones a los participantes en la Trobada de Benirredrà no han quedado impunes, como sí ocurrió con el Correllengua de Gandia de 2008, una manifestación pacífica en la que, también convocados por el GAV, hubo gravísimas agresiones a los participantes. Una concejala de Compromís de l’Alqueria de la Comtessa fue herida con una pedrada en la cabeza, pero entonces la policía nunca logró identificar a los autores.