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"Ha sido una auténtica lección de vida"

La Cruz Roja de la Comunitat Valenciana pone a alumnos y alumnas de 15 y 16 años en la piel de los migrantes para sensibilizar sobre las enormes dificultades que sufren en su camino a Europa

"Ha sido una auténtica lección de vida"

La mayoría de ciudadanos conocen el fenómeno de las migraciones y todos los problemas a los que se enfrentan quienes emprenden ese camino forzados por la miseria, la persecución o las guerras. Los medios de comunicación emiten imágenes que permiten hacerse una idea de la magnitud del sufrimiento al que se exponen quienes lo dejan todo para buscar un nueva vida lejos de conflictos o catástrofes naturales. El conflicto en Siria fue un ejemplo, pero hay muchos más. Sin duda, se trata de situaciones que generan impacto y despiertan conciencias entre la sociedad. Empatizar a través de lo que se ve en la pantalla o en los periódicos es humano pero, por mucha sensibilidad que exista, es completamente imposible ponerse en la piel de los refugiados. Y esa carencia tiene una consecuencia: el olvido. Lo que no aparece en los medios no existe y si no existe no se puede hacer nada para remediar el sufrimiento.

Bajo esa premisa, estudiantes del colegio Santa Anna de Villalonga han participado esta semana en una actividad coordinada por Cruz Roja valenciana con financiación de la Generalitat. Se ha llevado a cabo en el albergue de Ador y, durante un día y medio, chicos y chicas de entre 15 y 16 años se han puesto en la piel de los refugiados.

Ha sido una experiencia en la que han podido vivir situaciones reales con las que se van encontrando los migrantes en su travesía buscando una oportunidad para vivir dignamente. Voluntarios de Cruz Roja son los que se encargan de llevar a cabo las diferentes actividades para intentar «sumergir» a los alumnos en las duras situaciones que viven millones de personas y, así, ayudar a que, al menos, les comprendan.

Desde el mismo momento en que los estudiantes se bajan del autobús en el que llegan al albergue abandonan su identidad y asumen la de una persona de un país en situación complicada. Previamente al inicio de las dinámicas prácticas, se les explica a qué familias pertenecen. También la situación del grupo y del país del que proceden. Para ello, se toma como referencia cinco nacionalidades de países en conflicto: Afganistán, Somalia, Siria y Pakistán. Todas las familias se encuentran en Irak.

«A partir de ahí empiezan diferentes dinámicas que buscan recrear todo lo que pueden sufrir», explica Lidia Ramos, de Cruz Roja Alicante y una de las coordinadoras del proyecto. «A final llegan a un país europeo, donde Cruz Roja les atiende en un lugar seguro». En ese punto, a los jóvenes se les entrega una cama, manta, un kit de cocina y otro de higiene. Los alumnos «refugiados» pasan noche en una tienda de campaña que ellos montan y que es la misma que Cruz Roja instala para los refugiados en los diferentes puntos donde atiende a los refugiados, señala Ramos. Al día siguiente realizan una actividad de reflexión y finaliza la actividad con el testimonio real de una persona refugiada, un hombre o una mujer que no está allí como una práctica, sino que ha vivido esa cruda experiencia. En definitiva, supone un auténtica bofetada de realidad para los jóvenes.

El campamento, por el que, además del colegio de Villalonga pasarán una veintena de centros educativos de toda la Comunitat Valenciana, ya que el proyecto se lleva a cabo a nivel autonómico, es solo la primera actividad de una propuesta muy amplia que trata de concienciar a los más jóvenes sobre la necesidad de promover iniciativas en defensa de los derechos humanos y, en este caso concreto, mirando a los refugiados. «Es una campaña de impacto que les permite volver muy comprometidos», cuenta Lidia Ramos.

Posteriormente, el proyecto prosigue en los institutos. Los propios jóvenes deben organizar acciones de promoción. «El objetivo es que el alumnado se movilice y se convierta en agente de concienciación», señala la representante de Cruz Roja. Por ejemplo, en anteriores ediciones del proyecto se ha compuesto un rap contra el racismo, se han puesto en escena obras de teatro, se han creado revistas ilustrativas, textos, gimcanas, charlas de difusión, vídeos para difundir por redes sociales, entre otras.

«Las primeras horas, terribles»

Y es que, cuando Cruz Roja intenta que vivan experiencias reales, en algunos casos esa situación se cumple por completo. Lo explica de manera muy gráfica María Teresa Bohigues, jefa de estudios del colegio Santa Anna de Villalonga. «Es la mejor experiencia que he podido ofrecer nunca a mis alumnos», señalaba a este periódico. «Han vivido situaciones muy reales, que por mucho que se expliquen nunca se pueden entender si no se viven».

La docente narra que los jóvenes «se han visto en situaciones donde a la mínima eran humillados, insultados y les han obligado a hacer labores totalmente injustas». La profesora, de hecho, explica que «las primeras horas fueron terribles para los chavales, que no están acostumbrados a nada de esto». «Les costó tres o cuatro horas asumir por dónde han tenido que pasar esas personas para llegar a Europa». La profesora señala que «cuando fueron conscientes, a muchos les caían hasta las lágrimas. Ha sido una lección de vida».

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