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Tavernes ya tiene los 768.000 euros para acabar la piscina paralizada desde 2011

El alcalde, Sergi González, firma el préstamo y espera que el proyecto de obras esté en el primer trimestre de 2020 - El Gobierno local baraja tres posibilidades para la gestión de esta instalación

Tavernes ya tiene los 768.000 euros para acabar la piscina paralizada desde 2011

El Ayuntamiento de Tavernes de la Valldigna ya tiene encima de la mesa el dinero para poder acabar la piscina climatizada municipal, cuyas obras, iniciadas en la última legislatura de Gobierno local del Partido Popular, quedaron paralizadas en 2011, cuando la empresa que la construía quebró y abandonó el proyecto.

La pasada semana el alcalde de la localidad, Sergi González, firmó el préstamo de 768.000 euros, a un bajísimo interés del 0,322, que, según los cálculos de los técnicos, será suficiente para poder ejecutar lo que quedó pendiente de la obra y, después, abrir la instalación.

Con esa operación financiera, ahora falta que en el primer trimestre de 2020 se presente el proyecto de la obra que falta e, inmediatamente después, se procedería a la licitación y ejecución. Si no se producen grandes imprevistos, la piscina podría abrir al público en el otoño del año que viene.

Ahora bien, en estos meses que quedan, el Gobierno local, junto al resto de los grupos políticos municipales, deberá resolver la cuestión de cómo se gestionará la piscina, porque tres son las alternativas que están sobre la mesa.

Una consiste en la gestión directa. El ayuntamiento pagaría la obra y, una vez finalizada, mantendría con personal propio la apertura de las instalaciones. Es el caso de las piscinas cubiertas que el Ayuntamiento de Gandia tiene en el polideportivo municipal.

La segunda opción sería pagar la obra con el dinero del préstamo y entregar la gestión a una empresa privada mediante un contrato de servicio. Esa es la fórmula que, también en Gandia, se aplica en piscina climatizada del Grau.

Y la tercera posibilidad consiste en sacar, en un mismo paquete, la finalización y la gestión de la piscina. En ese caso, la empresa que se presentara tendría que poner el dinero de las obras y explotaría después las instalaciones por el tiempo que se considere apropiado. Esta tercera opción ahorraría el dinero al ayuntamiento, pero, como se ha demostrado en algunas infraestructuras similares, no siempre hay empresas dispuestas a arriesgar su capital con los posibles beneficios de la explotación como única garantía.

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