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Les Folies convierte el folclore en espectáculo

El grupo aficionado de danzas de Carcaixent renueva su puesta en escena para adaptarse a los tiempos modernos Su nueva propuesta, «Chroma», busca narrar una historia a través de bailes tradicionales

Les Folies convierte el folclore en espectáculo

El colectivo carcagentino tiene claro que si hace lo mismo que el resto será uno entre tantos grupos de recuperación del folclore que, a la larga, repite sus funciones, una y otra vez, generando poca expectación. «Los grupos de danzas están muy anclados en la tradición. Reproducen los mismo bailes, en ocasiones incluso mal. Nos encontramos con una comarca que tiene importantes asociaciones que recuperan el folclore, pero que están muy anquilosadas. Apenas hay renovación porque no resultan atractivos para las personas jóvenes», expone uno de los fundadores de Les Folies, Xavier Rausell, que añade a continuación: «Buena parte de los integrantes somos historiadores o antropólogos y estudiamos muy bien el panorama actual. Llegamos a la conclusión de que teníamos que adaptarnos a conceptos estéticos más nuevos y realizar espectáculos más modernos. La plasmación en un escenario tenía que cambiar para no repetir siempre las mismas historias, compuestas por relatos costumbristas muy manidos».

Garantizar la continuidad

Su punto de vista no puede ser más claro: Si la gente joven no se aproxima, mayoritariamente, a los grupos de danzas tradicionales, se debe dar un nuevo enfoque para garantizar la continuidad. De hecho, Les Folies tiene en la actualidad integrantes de 80 años, pero también de 16. Incluso, hay personas de menor edad que han mostrado su interés por formar parte de la asociación, aunque ésta prefiere que crezcan un poco antes de entrar.

«Dentro del folclore, hay toda una corriente que nos ve como demasiado modernos. Hay gente que aboga por la enseñanza de toda la vida, pero, si somos realistas, lo cierto es que muchos de los grupos de la comarca han sufrido un bajón importante en los últimos diez años y a eso hay que ponerle remedio. Tenemos que mirar ejemplos como l'Alcúdia o Algemesí, que tras un punto de inflexión, lograron conservar sus procesiones más importantes, mientras buena parte de las localidades han perdido las suyas. Nosotros queremos transmitir las tradiciones, pero hacer siempre lo mismo no funciona, hay que renovar la manera de presentar el folclore al público», argumenta Rausell.

Fruto de esa ambición nació uno de sus últimos espectáculos, «Chroma». Se estrenó el pasado verano en el monasterio de Simat y supone un cambio en la forma de representar sobre un escenario las danzas tradicionales. En él, se trata de explicar una historia a través del baile, concretamente la de los colores y su simbolismo. «Intentamos explicar el color a través del tiempo. Por ejemplo, se representan historias de algunos cuadros muy reconocidos y se habla de la importancia de determinado color. Durante la danza, levamos trajes únicamente de dicho color», explica Rausell.

Apoyo institucional

Su objetivo, ahora, es que su espectáculo llegue a cada vez más sitios y lograr una mayor colaboración de las instituciones para mantener las tradiciones: «La Generalitat nos ayudó cediéndonos los monasterios para actuar porque, a mi forma de ver, constatan que hacemos algo que nunca antes se había hecho. Por eso queremos que cada vez más gente lo vea y que los ayuntamientos apuesten por ello. Rara vez contratan grupos folclóricos para sus programas culturales. Entre elegir al típico grupo que representa veinte veces el mismo bolero o ciclo de teatro con obras variadas, siempre se decantan por lo segundo. Por eso tenemos que hacer cosas innovadoras. Además, los políticos tienen que abogar por el folclore para vertebrar el territorio, apenas se aprovechan de él», concluye.

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