El Ministerio para la Transición Ecológica, a través de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), ha decidido probar en Oliva un novedoso y moderno sistema de depuración de aguas residuales urbanas denominado «biorreactor de membranas de cerámica» que ha tenido resultados positivos en algunas pequeñas instalaciones, pero, por primera vez en Europa, se aplicaría a una gran planta. La futura depuradora de Oliva se ha diseñado para tratar hasta 15.000 metros cúbicos diarios de aguas sucias.
Responsables de la CHJ hicieron saber esta noticia a una delegación del Ayuntamiento de Oliva, encabezado por la vicealcaldesa, Ana Morell, que recientemente estuvo en la sede de ese organismo, en València, para tratar de desbloquear el proyecto de la futura depuradora de la ciudad.
Según indican fuentes municipales, la Unión Europea también está pendiente del resultado de este sistema de depuración por membranas de cerámica para, si se considera óptimo, empezar a aplicarlo en instalaciones cada vez más grandes. En el encuentro en la sede de la CHJ para abordar el proyecto de Oliva estaban también representantes de la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (Epsar), dependiente de la Generalitat.
El sistema de membranas, que sustituiría al llamado tratamiento bioquímico, se probó por primera vez en España en la localidad de Haría (Lanzarote) y desde entonces se ha ido mejorando. En ese proceso de innovación, que hace pasar el agua sucia por microfiltros a alta presión, se consigue un caudal que puede ser reutilizado en la agricultura, en la recarga de acuíferos y en otros usos. Es, por lo tanto, un proceso distinto al llamado tratamiento terciario pero que llega al mismo punto: el de obtener agua limpia para otros usos y que no se tenga que enviar directamente al mar, como ocurre ahora, por ejemplo, con la gran depuradora de la Safor-Sur, situada en Gandia.
La investigación y puesta en práctica de las depuradoras con biorreactores de membranas forman parte del proyecto Remeb, financiado por la Unión Europea dentro del programa Horizonte 2020. «El proyecto Remeb ha permitido así desarrollar un biorreactor de membranas cerámico, ecológico y competitivo, elaborado a partir de materias primas, subproductos cerámicos y residuos agroindustriales, que puede ser utilizado en plantas de tratamiento de aguas residuales municipales e industriales», señala la empresa Facsa, una de las que cuentan con más experiencia en la gestión del ciclo integral del agua en España.
En el caso de Oliva, donde la inversión en la nueva depuradora se calcula en 18 millones de euros que pagaría el Ministerio para la Transición Ecológica, este sistema se aplicaría sobre un tercio de la capacidad de depuración, aproximadamente 5.000 metros cúbicos diarios. El resto, otros 10.000 metros cúbicos, se tratarían con el sistema tradicional. Si el resultado es satisfactorio, entonces se procedería a extender el biorreactor de membranas a toda la planta de tratamiento, que se construirá en la zona de la Font del Maset, entre el casco urbano de Oliva y la urbanización de Oliva Nova. De momento la CHJ no ha dado fechas para las obras, pero el ayuntamiento confía que ahora el procedimiento se acelere y en unos meses se disponga del calendario de actuaciones.
