Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Retratos de un gandiense por el mundo

Los trabajos de Borja Abargues le han hecho un hueco entre los fotoperiodistas más prestigiosos del panorama internacional

Retratos de un gandiense por el mundo

El fotoperiodista gandiense Borja Abargues era tan solo un aficionado a congelar las imágenes cuando se cargaba su cámara de fotos en cada excursión escolar y deseaba volver para revelarlas. En aquellos momentos se trataba de la ilusión de haber encontrado algo que le apasionaba, muy lejos de poder imaginarse en lo que se ha convertido con el paso de los años.

Abargues entró en el mundo de la fotografía documental haciendo sus primeros pinitos en su ciudad, Gandia, donde ha ganado varios concursos en diferentes ámbitos y colaborando esporádicamente con algunos periódicos y publicaciones. Es ahí cuando decidió empezar una carrera como «freelance». Una trayectoria que puede considerarse exitosa. Viendo la repercusión de sus fotografías entre la gente, decidió especializarse en la fotodenuncia para ilustrar desde dentro las crisis migratorias actuales.

El gandiense vive marcado por sus constantes viajes por el mundo para trabajar, desde su profesión, por la inclusión social. Sus labores van desde fotografiar las entradas de los migrantes de Grecia hasta la llegada de las pateras a España. La implicación del fotógrafo en esos dramas le ha llevado incluso a trabajar para las ONG internacionales Save The Children en Líbano y la Cruz Roja.

La vida de avión en avión y lejos de su Gandia natal se ha vuelto una constante para Abargues, que ha ido confeccionando un mapa de su recorrido profesional con los refugiados por Palestina, Líbano, el Sáhara, Marruecos, los Balcanes, África o los desastres nucleares de las centrales de Chernobyl y Fukushima.

Fruto de su labor, ha recibido dos importantes premios internacionales que le han llegado al gandiense desde Estados Unidos por su trabajo en Chernobyl, donde realizó un reportaje a una de las pocas supervivientes que vivía en la «zona cero» de la nuclear y que murió poco después. La segunda vez que fue premiado en Norteamérica lo fue por sus fotografías a los refugiados del Sáhara.

El trabajo del gandiense traspasa lo profesional para tocar, de alguna manera, el lado más sensible. Es sencillo de entender con historias como las que detalla a este periódico. Publicó un reportaje en Alemania ilustrando la historia de un refugiado sirio en Beirut. Mustafá es de Alepo, con una enfermedad rara sin diagnóstico claro en el mismo campo de refugiados, quien además perdió a sus dos hermanos en la guerra.

Si por algún trabajo se siente más orgulloso es por el reportaje al equipo femenino de baloncesto de refugiados en Chatila, Líbano, donde representó la juventud y la esperanza de los refugiados sirios. Ha tratado también el conflicto mundial de la contaminación y el cambio climático en «las zonas cero», como Fukushima, Palestina y Jordania. En esta misma línea profesional, el gandiense llegó hasta el vertedero más grande de África, «donde me di cuenta de que la radiación era más alta incluso que en Chernobyl o Fukushima».

Directo al 'The New York Times'

El punto álgido de Abargues ha llegado de la mano del prestigioso diario The New York Times, donde se encuentra su trabajo sobre la explotación infantil ilustrando el día a día de los niños pescadores en Ghana. «Son pequeños obligados a pescar y faenar por la noche y estudiar por las mañanas, pero lo que más me chocó fue que lo viven con total normalidad porque les han inculcado que son jóvenes y pueden aguantar ese ritmo».

El futuro no se queda atrás, el gandiense volverá a trabajar en la Franja de Gaza y para retratar la violencia de género en Delhi, India. Además verá la luz un libro suyo sobre el tema de la opresión de los refugiados en el Sáhara.

Compartir el artículo

stats