La amistosa relación que mantienen los ayuntamientos de Gandia y de Benirredrà tiene su contrapunto en un edificio casi terminado y cuyas obras están paralizadas por orden judicial. Se trata del trinquet municipal de Gandia, que, en la legislatura del Partido Popular, se construyó pegado al linde del término de Benirredrà a pesar de las advertencias y de los requerimientos de este ayuntamiento y de un grupo de vecinos para que no se hiciera.
Aunque el proceso sigue abierto en los tribunales, de momento la justicia le da la razón a Benirredrà. El trinquet nunca debió construirse en una zona catalogada como párking, sin cumplir la distancia mínima de edificios a otro término municipal y sin contar con estudio paisajístico, entre otros aspectos.
Mientras sigue el litigio entre abogados a la espera de la resolución final, el Ayuntamiento de Gandia ha abierto ahora una vía para, en el caso de que los jueces determinen que la estructura debe derribarse, poder evitarlo. Esa vía no es otra que intentar «legalizar» con carácter retroactivo el propio trinquet. Para ello, acaba de entrar en fase de información pública la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que, ahora sí, permitiría levantar el trinquet.
Si este proceso llegara al final, en caso de que se emitiera una orden de demolición inapelable, el ayuntamiento podría remitirse al «nuevo» PGOU para impedirlo. Es decir, convencer a los jueces de que no tendría el más mínimo sentido echar por los suelos una inversión de 1,5 millones de euros cuando, en ese mismo momento, ya sería legal volverlo a construir.
Nada cambia en Benirredrà
Per no está claro que Gandia consiga esa pretendida modificación del PGOU que ahora está en periodo de alegaciones. El alcalde de Benirredrà, Emilio Falquet, ha señalado a este periódico que nada ha cambiado en este municipio respecto a la obra del trinquet y que la intención de este ayuntamiento sigue siendo la de «hacer todo lo que esté en nuestras manos para que cambie de ubicación». Falquet, que quiere evitar la palabra «derribo», añade que su ayuntamiento mantendrá la batalla para retirar esa enorme estructura que afea el casco urbano de Benirredrà, corta la visión a varias viviendas de la zona y que se hizo pese a las advertencias de que era ilegal. «El lugar donde se levantó era un párking, no cumple la distancia mínima al linde de término y carece de estudio paisajístico», concluye el alcalde socialista, quien estudia si su ayuntamiento alega contra la modificación del PGOU de Gandia.
La pretensión de Gandia por «legalizar» la obra después de haberse construido y la de Benirredrà de «cambiar de ubicación» el trinquet auguran una larga batalla, probablemente de años, para determinar si, al final, la mole construida se queda o se derriba.
Mientras tanto, Gandia seguirá sin trinquet de pilota valenciana, un deporte autóctono que todos los partidos pretenden promocionar y del que la ciudad quedó huérfana hace doce años, cuando se cerró la cancha del Zurdo situada en la esquina de la avenida de Beniopa con la calle Ferrocarril d'Alcoi.
Además, lo construido se deteriora por falta de mantenimiento y la entrada de algunas personas en el recinto cerrado, de manera que, a la hora de retomar las obras para acabarlo, si es que eso se produce algún día, habrá que prever un incremento del coste.
