La magnitud del desastre que la borrasca Gloria ha ocasionado en todo el litoral de la Safor ha contribuido a ocultar lo ocurrido tierra adentro, especialmente en las urbanizaciones aisladas situadas entre montañas. Porque, como señalaron ayer vecinos de varias de estas zonas, también ellos han sufrido de lo lindo las consecuencias de la tempestad que sumergió en el caos a toda la Safor desde el domingo al martes.

A modo de ejemplo, en el área de Marxuquera, que abarca los términos municipales de Gandia, Ador, Palma de Gandia, donde existen cientos de viviendas entre árboles, el viento y la lluvia causó el desplome de cientos de ellos, algunos de los cuales destrozaron parcialmente las viviendas o elementos que las rodean.

Enormes troncos cortaron caminos y se llevaron por delante el cableado que distribuye electricidad y telefonía a la zona, de manera que, como señalaron ayer algunos vecinos de Marxuquera, no solo han estado sin luz durante días, sino que en algunos casos personas mayores, entre ellas extranjeros, no podían salir de sus casas en coche. Los árboles impedían el acceso, había zonas inundadas, pero también estaba el riesgo por la existencia de cables sueltos cargados de electricidad.

Pese a que el martes los efectos de la borrasca ya amainaron, la situación no mejoró ese día y muchos vecinos tuvieron que ponerse manos a la obra para retirar enormes árboles. «Las sierras mecánicas se podían oír por todos los lugares», señala un residente en el camino de les Meravalles de Gandia, uno de los más afectados porque allí el viento alcanzó velocidades cercanas a los cien kilómetros por hora.

Los bomberos y servicios de emergencia no podían cortar y retirar troncos porque las compañías eléctricas, desbordadas por la situación, no habían procedido a desconectar la tensión y, en esas circunstancias, operar junto a los cables era muy peligroso.

Según señaló José García, de la asociación de vecinos de les Basses, en Palma, fue ayer cuando, afortunadamente, acudieron brigadas y bomberos para empezar a devolver la normalidad a esta zona después de haber estado «tres días sin salir». «Tardaremos en recuperarnos», añadía.

En Barx, al margen de los muchos desperfectos por ramas y árboles caídos en la Drova y otras zonas, el problema estuvo en las conexiones de telefonía móvil y fija, que también ha sufrido muchos cortes. Desde el domingo no ha operado la compañía Telefónica, que a mediodía de ayer logró restablecer el servicio.

El alcalde de la localidad, Miguel Donet, lamenta que esta situación se produzca no solo en esta situación tan excepcional, sino en muchas jornadas con temporales de lluvia y viento que pueden considerarse normales, de manera que solicitó a la operadora que realice las actuaciones para mantener la cobertura.