El alcalde de Oliva, David González, formalizó ayer la cesión del tramo de la carretera CV-683, que comunica esta localidad con la Font d'en Carròs, de manera que ahora ese tramo ha pasado a titularidad de la Diputació de València. Ese trámite tiene su importancia, porque desde ahora el ente provincial ya es el «dueño» de toda esa carretera y de la que sigue desde la Font d'en Carròs hasta Beniarjó y Beniflà.
De esa manera no solo se cumple con el lo establecido en el Catálogo del Sistema Viario de la Comunitat Valenciana, sino que la diputación podrá acometer al ritmo que considere la necesaria remodelación de la carretera.
Inicialmente, están previstos 360.000 euros de una primera fase para la suavización de curvas peligrosas en el término de la Font d'en Carròs, pero este ayuntamiento solicita, desde hace años, una actuación integral visto el alto riesgo que presenta el trazado en la mayor parte de su recorrido. No solo son muchos los que usan esta carretera para eludir circular por la N-332 y atravesar el núcleo urbano de Bellreguard-Palmera-l'Alqueria de la Comtessa, sino que también está frecuentada por ciclistas, especialmente en sábados y domingos. Esas dos circunstancias, unido al hecho de que no dispone de arcenes y algunos tramos disponen de altos márgenes la convierten en una vía con evidente riesgo de accidentes.
Responsables del departamento de Carreteras de la diputación se comprometieron a estudiar todo el recorrido para llevar a cabo los proyectos necesarios para la mejora integral, algo que se tendrá que hacer por fases.
