El Ayuntamiento de Tavernes de la Valldigna no quiere que la de los festivales sea una moda pasajera para el municipio. Desde que en 2011 llegara el Festivern, la ciudad siempre ha tenido muy buena acogida para este tipo de eventos. Por eso, según ha podido saber Levante-EMV, el Gobierno local está trabajando junto a la iniciativa privada en la búsqueda de un espacio definitivo que albergue todos aquellos festivales que quieran implantarse en la playa.
Todo está en negociaciones. El ayuntamiento no cuenta con un espacio municipal adecuado para este tipo de eventos, por ello tiene que echar mano de propietarios, en su mayoría bancos o inmobiliarias, que han asumido terrenos embargados. Lo que se busca es una zona que sea muy amplia, para, además de los conciertos, que pueda acoger la zona de acampada y aparcamiento.
Por otra parte, se persigue que haya un equilibrio. Es decir, que esté alejado de las viviendas para reducir el impacto sonoro pero que, a la vez, esté lo suficientemente cerca como para que los asistentes acudan a los bares, restaurantes y tiendas de la playa a consumir.
Y ese espacio existe y se encuentra en el Sector 17, conocido como Marenys 2A, al sur del casco urbano de la playa vallera, próximo al lugar conocido en la comarca como «zona Padur», una zona sin edificios entre las playas de Tavernes y Xeraco.
Son terrenos calificados como urbanizables que en su mayoría pertenecen a empresas. Lo que busca el ayuntamiento es que estas mercantiles cedan las tierras a todas aquellas promotoras que quieran organizar festivales en Tavernes. El consistorio, por su parte, facilitará las licencias para que puedan ser una realidad.
Esta posibilidad hace tiempo que está sobre la mesa del departamento de Festivales que dirige el concejal Josep Llàcer. Sin embargo, ha sido ahora, con la intención del Octopus de celebrar su primera edición en esta playa, cuando ha tomado más fuerza la posibilidad de que esos mismos terrenos se consoliden como un espacio en el que se puedan celebrar la totalidad de festivales. Eso significaría, por tanto, que tanto el Iboga como el Mediterránea podrían cambiar de ubicación, siempre y cuando la organización así lo considere.
La organización del festival Octopus sigue sin confirmar el lugar en el que se celebrará, ya que, como en su día publicó este periódico, está negociando con los propietarios de los terrenos. Las conversaciones hace tiempo que se están llevando a cabo y, según informan fuentes conocedoras de las mismas, están «avanzadas» pero no cerradas.
Tavernes es un municipio atractivo para festivales. Las empresas promotoras se fijan en la ciudad por varias cuestiones. En primer lugar, y más importante, la abierta y completa predisposición del ayuntamiento, que siempre acoge con los brazos bien abiertos a todas aquellas firmas que quieran organizar este tipo de eventos en la localidad. En segundo lugar por su ubicación privilegiada junto a la costa, lo que permite hace el evento mucho más llamativo para quienes en verano buscan pasar un día disfrutando de la música al lado del mar.
Además, ofrece muchos servicios. Además de alquiler de apartamentos, cuenta con infinidad de buenos bares y restaurantes y supermercados de las primeras cadenas, también muy buscados por quienes acuden a este tipo de eventos musicales.
Lo agradecen los vecinos y vecinas, que ven como los jóvenes no salen fuera para celebrar el Fin de Año y, como es lógico, lo acogen de forma muy positiva los comercios, bares, restaurantes e incluso inmobiliarias.
Pero el Gobierno local también es consciente de que los festivales musicales tienen su parte negativa: volumen de la música muy alto, llegada masiva de vehículos que tienen que aparcar y aglomeraciones en las que, de vez en cuando, se cuela alguno que otro con ganas de empañar la fiesta.
Actualmente, Tavernes acoge tres festivales de gran formato, con asistencia de miles de personas y varios días de conciertos. Uno en invierno, el citado Festivern, y otros dos en verano, el Iboga y el Mediterránea Festival. Pero es que ahora, una empresa está negociando la implantación de un cuarto, el Octopus, este dedicado a la música electrónica.
A estos se le suman varios eventos de carácter menor como el festival Pop al Carrer o el Sete Sois Sete Luas, del que Tavernes es sede nacional.
