La concejala delegada de Pesca de Gandia, Alícia Izquierdo, acompañada del presidente de la Junta de Distrito del Grau, Miguel Ángel Picornell, y del presidente de la Cofradía de Pescadores, Domingo Ciurana, han entregado 38 desfibriladores adquiridos por el Grupo de Acción Local Pesquera (GALP), del que, entre otros actores, forman parte del ayuntamiento y la cofradía. Concretamente, 37 de esos aparatos serán para las barcas y uno para la cofradía. Los desfibriladores han tenido un coste de 37.000 euros.

Se trata de aparatos semiautomáticos que van en cajas estancas pensadas específicamente para poder colocarse en las barcas sin que se estropeen. Las baterías duran 6 años y los electrodos 3. La garantía y la vida útil es de 10 años.

Paralelamente a la instalación, se han hecho unos cursillos de capacitación a los marineros con el fin de que sepan cómo actuar en el caso de que alguna persona sufra una crisis cardíaca mientras navega y así aplicar el procedimiento que ya ha salvado miles de vidas.

Según informó ayer el Ayuntamiento de Gandia, esta iniciativa se lleva a cabo después de que dos personas sufrieron infartos y una de ellas falleciera en el mar. «A pesar de que sólo se han repartido a los responsables de las barcas, es una medida que beneficia a todo el mundo que esté en la costa de Gandia, pescadores o recreativos, dado que cualquiera de estos aparatos podría utilizarse para acudir inmediatamente a su rescate», indicó la concejala Izquierdo.

Gandia da un paso más a la hora de erigirse en pionera en este tipo de medidas. Según señalan desde la Cofradía de Pescadores del Grau, los desfibriladores se han instalado en grandes embarcaciones, pero son muy pocos los colectivos de pescadores, y que se sepa ninguno hasta ahora en la Comunitat Valenciana, que han aplicado la medida en todas las barcas. El GALP de los pescadores de Gandia recibe aportaciones económicas de la Unión Europa para modernizar y rentabilizar la actividad pesquera.