Por mucho que se llame a la concienciación y se recuerde que el mobiliario urbano es de todos y, por consiguiente, los daños que sufra lo pagan todos, aún hay quien se empeña en seguir haciendo lo que, probablemente, en su casa no haría, es decir, destruir por diversión aquello que es de todos.
Esta vez le ha tocado a Simat de la Valldigna. Durante el pasado fin de semana hubo quien no hizo mucho caso a eso de quedarse en casa para evitar la expansión del coronavirus y se dedicó a atacar varios elementos que se encuentran en la senda que sube al Toro.
En concreto, el mobiliario que ha sufrido daños es un banco, un panel informativo situado en la zona para hacer barbacoas y otro que hay en el «cremaor» que, por cierto, ya se había reparado hace solo dos meses por un acto vandálico anterior, como informaban ayer desde el ayuntamiento a través de un comunicado.
Estas destrozos se suman al acto perpetrado hace un par de semanas en la Fontarda, donde rompieron un panel y un atril informativo con un coste de cerca de 150 euros.
El concejal de Medio Ambiente, José Gregori, denunciaba ayer estos hechos vandálicos y señalaba que «no se puede tolerar el incivismo de un grupo de vecinos que destrozan el mobiliario que pagamos entre todos». Por ello, explicó que trabajarán duro para buscar los culpables y si no «optaremos por disminuir las inversiones en estos lugares».
Precisamente el municipio vecino, Benifairó de la Valldigna, también ha sido objeto de diversos actos vandálicos de consideración en los últimos años. Volcado de contenedores, asalto a la piscina, donde además se depositaron excrementos humanos y elementos del propio recinto de la piscina han sido algunos de los hechos que ha sufrido esta pequeña localidad, acusando la falta de vigilancia nocturna.
