La mona de Pascua, producto estrella de estas fechas festivas, resiste en la ciudad de Gandia. Así lo confirman desde el horno de leña, "Treballem per Gust", situado en la calle del Duc Carles de Borja, en pleno centro histórico de la ciudad, un establecimiento que abrió sus puertas aprincipios del siglo pasado, concretamente en el año 1905. Sus actuales propietarios, descendientes de los fundadores del horno, que fueron sus bisabuelos, recogen y despachan durante estos días los encargos del dulce protagonista por tradición de la merienda del Domingo de Resurrección. Claro que, aunque se mantenga la venta de este producto, el estado de alarma obligará a comerlo en casa durante el confinamiento.

Según explica Mónica Julio, una de los cuatro hermanos y hermanas que dirigen el establecimiento gandiense, "este año, debido a la crisis del coronavirus, no tenemos la misma demanda de otras pascuas, pero sí que hay mucha gente fiel a la tradición que ha venido y viene a reservar su pedido, aunque sea para merendar en casa. Ahora en Pascua y la semana que viene, con motivo de Sant Vicent, se venden, sobre todo, monas, panous y reganyades".

Esta tendencia de oferta y demanda, a pesar de la crisis generada por Covid-19, se manifiesta también en los otros muchos productos que se pueden comprar en este horno. "Estamos haciendo de todo, pero en menor cantidad", asegura Mónica, quien lamenta la actual situación de crisis sanitaria y los perjuicios que está causando a la sociedad, añadiendo que "lo único que hemos tenido que cerrar es el local del mismo establecimiento al que se accede por la calle de Sant Francesc de Borja porque allí teníamos servicio de cafetería".

Mónica y sus hermanos Tomás, Amparo y Pepe se turnan para mantener abierto el horno en pleno periodo de cuarentena y confinamiento: "Así es, porque nos debemos a los clientes y, además, somos conscientes de que el pan es un producto básico en el sector de la alimentación. Por todo ello, damos servicio a la gente todos los días menos el domingo y este fin de semana cerraremos el Viernes Santo, el Domingo de Pascua y el Lunes de Pascua".

Reconoce Mónica que "la venta diaria de pan y otros productos la hacemos prácticamente por las mañanas, dado que la gente solo sale de casa para lo necesario. A nuestro horno vienen, sobre todo, los clientes de toda la vida, que son muchos". La notable reducción de la movilidad de los ciudadanos, obligada por el decreto de estado de alarma, ha influido en el descenso de las ventas, ya que "hay mucha gente de la comarca que venía a Gandia a comprar, a trabajar o a hacer gestiones y ahora la echamos en falta. Esa clientela es la que no hemos tenido durante estos días", insiste Mónica.

Al preguntarle por si ella o sus hermanos tienen miedo de estar frente a los clientes por el riesgo de contagio que implica, Mónica no duda. "Sí, claro que nos impone y claro que pensamos en nuestra salud, pero tenemos que dar servicio, que es lo que hemos hecho toda la vida en este establecimiento". "De todas formas" concluye, "la clientela es consciente de la situación que vivimos y respeta las medidas de seguridad, como la distancia o la utilización de los guantes y las mascarillas".